Oaxaca.-De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 (Ensanut Mc), se ha encontrado que 36.3 por ciento de los adolescentes y 72.5 por ciento de los adultos tiene sobrepeso y obesidad.
Dichos padecimientos han tenido un aumento considerable entre 2012 y 2016, sobre todo en las mujeres de comunidades rurales del país.
Las cifras de la Ensanut han demostrado que ha habido un aumento en la obesidad en mujeres adultas, ya que en 2012 se tenía una prevalencia de 70.5 que pasó casi al 73 por ciento.
En el caso de mujeres adolescentes, la cifra subió del 38.8, al 39.2 por ciento, es decir aumentó un punto porcentual por año, lo que representa un aumento considerable, comenta la doctora Teresa Shamah Levy, directora de Vigilancia de Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y responsable de las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición desde 1999.
La investigadora señala que el grave problema que se observó en la encuesta 2016, fue el aumento impresionante en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en mujeres en todos los de todos los grupos de edad, especialmente en el medio rural.
El aumento es tal que en el caso de las mujeres adultas de la población rural, el aumento va del 69 al 75 por ciento, sobrepasando la prevalencia nacional.
Además, de acuerdo con al especialista hay un aumento impactante de casi diez puntos porcentuales en las mujeres adolescentes, quienes pasan de un 27.7 a 37.2 por ciento, y en mujeres en edad escolar aumenta de 24 por ciento a 26 por ciento.
“Se está cerrando la brecha que observábamos entre el medio rural y el urbano porque se comienzan a adquirir patrones que están ya arraigados en las ciudades”, explicó Teresa Shamah.
Al contrario de las mujeres, la población de hombres adultos ha mostrado una estabilización en el sobrepeso y obesidad; aunque la prevalencia sigue siendo alta se ha mantenido de 2012 a 2016 con 69.4 por ciento.
La doctora Shamah Levy consideró que gran parte de este problema se debe al fácil acceso que hay actualmente a los alimentos de alta densidad energética y a la disminución progresiva de la actividad física característica de las comunidades.
La especialista señala que en las mujeres urbanas también hay un aumento muy importante. Sin embargo, la prevalencia de sobrepeso y obesidad de las mujeres adolescentes ha crecido independientemente de que se trate de comunidad rural o urbana.
Ante dichos resultados debe buscarse que todas las acciones de educación tengan un monitoreo y vigilancia permanente.
Para cerrar la investigadora hace notar que no bastan las estrategias de orientación nutricional como talleres y otros medios de educación si la población no se ha empoderado de la idea ni se ha identificado con estos tipos de campaña.