Oaxaca .-La presencia de náuseas, vómito, diarrea, fiebre, escalofríos, sangre en heces, así como dolor de cabeza, abdominal y muscular pueden ser signos de infección por salmonelosis; enfermedad infecciosa que se adquiere por comer carne, aves, huevos o derivaciones de éste, crudas o poco cocinadas.
Así lo informó la Directora de Prevención y Promoción de la Salud de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), María del Pilar Nava Ramírez, además, indicó que hasta la semana epidemiológica número 44 se han registrado 173 mil 343 casos de enfermedad infecciosa intestinal, de los cuales 338 registros corresponden al género salmonella, sin defunciones hasta el momento.
Detalló que la mayoría de las personas mejoran con tratamiento; sin embargo, en algunos casos la diarrea puede ser tan severa que se requiere hospitalización. En estos casos –dijo- la infección puede extenderse desde los intestinos a la corriente sanguínea y causar la muerte. Los niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y pacientes con sistemas inmunes debilitados son más propensos a las complicaciones.
Añadió que de no tratarse oportunamente, después en la tercera semana del contagio se pueden presentar hemorragias y perforación intestinal que puede dar lugar a una peritonitis, abscesos que pueden derivar en encefalitis, colecistitis, miocarditis, neumonía, coagulación intravascular diseminada, hepatitis y falla renal.
Nava Ramírez explicó que en ocasiones la contaminación cruzada se da al preparar platillos que se contaminan con el jugo de carne cruda, mala cocción o contacto con el cascaron del blanquillo. El periodo de incubación se da desde las primeras horas a dos días, por lo que los síntomas generalmente comienzan de ocho a 72 horas, después de consumir los alimentos.
Aseveró que es crucial manipular los alimentos con las manos limpias, guardar y tapar los productos comestibles en el refrigerador, mantener una adecuada cocción de la carne, hervir el agua y desinfectar las verduras.
“Si hay enfermos en casa, es conveniente aislarlos para guardar reposo, resguardándolos de los focos de infección. Además los portadores de la bacteria no deben manipular los alimentos” enfatizó.
Exhortó a la población a mantener los huevos en refrigeración a temperaturas de 40 °F (4 °C), cocinarlos hasta que la yema y la clara estén firmes, los platillos hechos con este producto deben cocinarse a una temperatura interna de 160 °F (71 °C), no mantener los alimentos hechos con blanquillos a temperatura ambiente por más de dos horas.
“Los huevos con suciedad y residuos pueden limpiarse con un papel de lija fino, un cepillo o un trapo, no lavarse, porque el agua fría podría hacer que las bacterias pasen al interior”, concluyó.