-La biblioteca Fray Francisco de Burgoa tiene en su acervo 13 incunables y 9 impresos mexicanos del siglo XVI
Oaxaca.-Una de las bibliotecas más visitadas en México de documentos y libros antiguos se encuentra en Oaxaca y ésta representa uno de los grandes proyectos de rescate que se han llevado a cabo en México, se trata de la biblioteca “Fray Francisco de Burgoa” de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).
Isabel Grañén Porrúa, directora de la biblioteca platicó en entrevista sobre el acervo de este espacio el cual está conformado principalmente de libros que pertenecieron a los conventos de los dominicos, franciscanos, agustinos, jesuitas, carmelitas, betlemitas y mercedarios.
Tras recibir el reconocimiento que incluye a la colección “Fray Francisco de Burgoa” de la UABJO, en el Registro Memoria del Mundo de México de la UNESCO, Grañén Porrúa dijo que el trabajo de rescate del acervo de la biblioteca comenzó hace 25 años por parte del maestro Francisco Toledo y las autoridades universitarias de ese entonces.
Uno de los retos de la biblioteca, detalló la doctora en historia del arte, es digitalizar los libros y que estén disponibles en línea, “la biblioteca virtual Cervantes ya se acercó a nosotros, vamos a meter nuestros inventarios y algunos libros digitales en su plataforma, eso nos va a ayudar mucho para llegar a otros públicos de distintas partes del mundo que no pueden venir a Oaxaca”.
Agregó que han sido muchos años de trabajo en beneficio de los archivos, de las bibliotecas y de los documentos que forman la memoria escrita, con el reconocimiento de la UNESCO empiezan a ver los frutos.
“Estos reconocimientos nos ayudan a darle una mayor difusión y a proteger más todo el acervo, la mejor manera de que estos documentos se preserven es que sean los mismos oaxaqueños quienes los cuiden y protejan, es un patrimonio de la humanidad, pero está en las nuevas generaciones que cuiden estos legados que son fabulosos, son de una riqueza muy grande”, subrayó Grañén Porrúa.
Detalló que con el acervo que cuenta la biblioteca Burgoa se puede saber qué libros había en los conventos de Oaxaca, “por eso creo que es un milagro que estos libros hayan llegado hasta el siglo XXI, resistieron los temblores, el pillaje, las guerras y la invasión francesa”.
“Uno de los fondos más importantes que tenemos en esta colección son los libros conventuales, es uno de los acervos más ricos que hay en México y con eso nos podemos dar una idea de lo que se leía en el Virreinato”.
Entre esos libros conventuales destaca la colección de incunables, son 13 libros que se imprimieron en el siglo XV cuando Gutenberg empezó a imprimir; el libro más antiguo es de 1472, existen unos muy bellos como el de Historia Natural de Plinio y otros que se editaron antes del descubrimiento de América”.
“En el siglo XIX hay muchas revueltas, una indefinición absoluta y empiezan todas las ideas científicas y de la ilustración, es cuando viene la etapa de secularización de los bienes del clero, todas las bibliotecas de los conventos se juntan en una sola biblioteca que fue la Biblioteca Pública del Estado que se fundó en 1826”, explicó María Isabel Grañén.
En 1827 abre sus puertas el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca que fue considerada la gran institución de estudios superiores del estado.
“Esta institución tenían sus biblioteca y por otra parte estaba la Pública del Estado que había comprado un acervo importante pero se vuelve más importante cuando tiene el acervo de todas las bibliotecas de los conventos, por otro lado la Biblioteca del Instituto de Ciencias y Artes empieza a comprar libros importantes para los estudiantes, por ejemplo de derecho, ingeniería, química y medicina”.
El Instituto de Ciencias y Artes se convirtió en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) y las dos bibliotecas pasan a ser parte de la universidad, al principio todo funciona bien, pero tiempo después por disturbios estudiantiles, apilan los libros a la paredes y usan las instalaciones como aulas.
En la década de 1980, comentó Grañén Porrúa, las autoridades universitarias decidieron hacer un edificio en Ciudad Universitaria, “pero lo único que hicieron fue llevar las cajas de los libros y las dejaron en una bodega, el edificio no tenían las condiciones adecuadas para albergar un fondo bibliográfico tan importante”.
Y fue justamente en 1993 cuando el maestro Francisco Toledo, que sabia de la existencia de estos libros, pidió permiso para hacer una exposición con este acervo, María Isabel Gañén vino a Oaxaca para curar la muestra y se quedó como directora de la biblioteca.
Datos
En la biblioteca “Fray Francisco de Burgoa” hay colecciones de libros que fueron parte de las bibliotecas de ilustres personajes como la de Benito Juárez García, que fue donada por la viuda de su hijo, Benito Juárez Maza.
Otras colecciones son, parte de la biblioteca de Matías Romero que es un fondo de derecho interesante y también la biblioteca del médico juchiteco Aurelio Valdivieso.
El maestro Francisco Toledo donó un acervo de José F. Gómez, el cual le compró a uno de los familiares del “Che Gómez” es un pequeño archivo que consta de cartas, telegramas y fotografías.
Algunas familias oaxaqueñas que han donado sus archivos son: Cué Vega, Iturribarría y aquí también se encuentra el fondo Brioso y Candiani, así como el archivo histórico de lo que fue el Instituto de Ciencias y Artes.
Cuenta con:
13 incunables
9 impresos mexicanos del siglo XVI