Agencias
Oaxaca.-Las mesas de novedades de las librerías exhiben seis títulos del narrador, traductor y poeta argentino Julio Cortázar (Brusela, 1914 – París, 1984): tres cuadernos de cuentos, Alguien anda por ahí, Octaedro y Deshoras; dos volúmenes inclasificables: Prosa del observatorio, Libro de Manuel; y el ‘poemario/collage’ póstumo: Salvo el crepúsculo. Textos reimpresos por Alfaguara, que fueron determinantes en los años 70/80, en pleno apogeo del boom. Salen a la luz otra vez en una suerte de invitación para que los lectores jóvenes se acerquen y descubran una obra que abrió nuevos cauces a la literatura hispánica.
Estamos frente a reediciones de varios títulos axiomáticos de la literatura en lengua española. Relatos y creaciones variadas (prosa experimental, poemas, viñetas, artefactos, crónicas, juegos verbales, adagios, reflexiones…) de temáticas recurrentes en el cosmos cortazariano: la dolencia, la expiración, el viaje, el sueño, el amor, lo apócrifo, el erotismo, el jazz, el simulacro…: lo fantástico y lo cotidiano en empalmes de sinuosas simetrías. Volver al autor de Rayuela (1963): alistarse otra vez en la avenencia de una música verbal “hecha de aire, sin peso ni cuerpo pero que sopla un ímpetu y levanta en nuestras mentes bandadas de imágenes”, al decir de Octavio Paz.
“Es necesario reeditar a Julio Cortázar. Títulos que fueron lecturas ineludibles en los años 60, 70 y 80. Rayuela se convirtió en un libro de cabecera para toda una generación. Sus cuentos eran coordenadas para muchos narradores que iniciaban su carrera literaria. Su presencia en el boom fue concluyente. Queremos acercar a los jóvenes lectores a la cartografía, al universo asombroso de uno de los más singulares escritores del castellano del siglo XX”, expuso para La Razón, Ramón Córdoba, editor ejecutivo de Alfaguara México.
La Razón visitó varias librerías de la Ciudad de México y recabó la opinión de algunos lectores: “Mire, le soy sincera, no conozco a Cortázar; pero, una vez oí hablar de la novela Rayuela, aunque me han dicho que sus cuentos son muy interesantes. Voy a aprovechar y compro un ejemplar de sus relatos. Las portadas son muy sugerentes”, expresó Luisa Deryiniva, oficinista.
“Estudio Literatura Hispánica en la UNAM. El próximo semestre entramos a analizar el boom. Qué mejor oportunidad que ésta para obtener los títulos de Cortázar. Me gustan los diseños de las presentaciones: son muy atrayentes. Tengo en casa Rayuela, lo herede de mi papá. Hoy, seguro me llevo algunos de estas nuevas impresiones”, comentó Alberto Trellexino.
“Sí, me decido a comprar algunos. Tengo primeras ediciones de sus libros; pero, mi amor por Cortázar es infinito y quiero regalarlo a mis nietos para que conozcan el mundo de un escritor muy divertido, además de muy experimental. Lo leí de joven y lo sigo leyendo. Soy su seguidor, soy un Cronopio incurable. Celebro la aparición de estas reediciones”, formuló Arturo Despaigne, abogado retirado de 85 años.
“Queremos acercar a los jóvenes lectores al universo asombroso de uno de los más singurales escritores del castellano”
“Ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso. La Obra de Cortázar abrió puertas inéditas”, ha dicho Vargas Llosa. “Cortázar nos ha dejado una obra tal vez inconclusa pero tan bella e indestructible como su recuerdo”, apuntó en su momento, el Nobel Gabriel García Márquez, compañero de generación del autor de Historias de cronopios y de famas (1962).
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