Agencias
Oaxaca.-El 14 de junio del 2017, una inundación en las áreas estratégicas -tanques de almacenamiento- provocaron la explosión del corazón de la refinería "La Casa de Bombas" en Salina Cruz, luego de las tormentas tropicales que provocaron la inundación de la refinería "Antonio Dovalí Jaime", de Petróleos Mexicanos (Pemex), que dejó un bombero muerto y nueve lesionados.
Lo anterior dejó inservible a la que hasta entonces se conocía como la más joven y más productiva refinería del Sistema Nacional de Refinación, con una capacidad para procesar 330 mil barriles de crudo, al día.
A un año, esa fuerza ha menguado y fuentes de la propia factoría dan cuenta de que se opera apenas al 30 por ciento.
No obstante, luego del colapso por lluvias siguió el daño provocado por los sismos, ya que se tronó el sistema eléctrico de la refinería y pese a la renta de turbogeneradores, traídos desde Eslovenia, Pemex no ha podido recuperar su capacidad operativa en Salina Cruz.
Algunos trabajadores petroleros aseguran que el suceso que cimbró la ciudad tuvo como causa un corto circuito en una subestación eléctrica; sin embargo, la empresa -con cierto grado de hermetismo- informó entonces que fue la inundación combinada con una fuga de aceite que alcanzó el punto de ignición.