Ciudadania Express
Lunes 23 de abril, 2018. 09:40 pm

Alquimia reflexiona sobre la relación de la fotografía en la arqueología

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Ciudad de México.- Una mirada al pasado de la arqueología en México, vista a través de testimonios fotográficos, notas de campo, informes y publicaciones relacionadas con el salvamento y el estudio de la disciplina en nuestro país desde la época decimonónica al siglo pasado, integran el más reciente volumen de la revista Alquimia.   Titulado Reconstrucciones desde lo visual: lo arqueológico, el número 60 de la publicación del Sistema Nacional de Fototecas (Sinafo) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue presentado en el Foro Guadalupe Amor, como parte de las actividades de la Fiesta del Libro y la Rosa 2018, que se celebra en el Centro Cultural Universitario.   El volumen está integrado por seis artículos de distintos autores, que van desde el análisis de objetos que pertenecían a colecciones particulares hasta la exposición de excavaciones que se desconocían o conocían sólo un pequeño grupo de arqueólogos, pero que existieron y que gracias al testimonio fotográfico se sabe de ellas.   En la reunión literaria que se enmarca en el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, a festejarse el próximo 23 de abril, el arqueólogo Ángel Iván Rivera Guzmán, de la Dirección de Registro Arqueológico del INAH, destacó que este número de Alquimia es un testimonio único de la arqueología y de cómo ésta se ha consagrado a través de la fotografía.   Destacó que la publicación presenta imágenes inéditas de un sitio arqueológico ubicado en Oaxaca, que no han salido del acervo de la Fototeca Nacional y que, incluso, no forman parte de los informes de la zona.   “En el artículo Las exploraciones de Jorge Acosta en San Pedro Tidaá, Mixteca Alta, Oaxaca, analicé estas imágenes desde el punto de vista histórico, arqueológico y físico, es decir, desde el lugar donde teóricamente se tomaron las fotografías, ejercicio que sirvió para recrear algunos elementos arquitectónicos y característicos, entre ellos un entierro del sitio arqueológico”.   Citó también el texto de Vera Castillo, titulado Coleccionista de mariposas, que ofrece una mirada al acervo fotográfico de la arqueóloga Carmen Cook, una de las primeras en ejercer esta profesión en México en el siglo pasado, cuyas imágenes relevaron la existencia de la cerámica anaranjada de Teotihuacan; el artículo muestra la parte humana de la investigadora, no sólo es su retrato en campo sino que también refleja su lado humano y lúdico, esto último a través de su interés por coleccionar mariposas.   Rivera Guzmán indicó que en este número de Alquimia también muestra el estado en que se encontraban algunos sitios arqueológicos hace un siglo, cuando la arqueología iniciaba en el país. Ejemplo de ello es el artículo que abre esta edición: La Quemada, de Ignacio Gutiérrez Ruvalcaba, que hace un recuento histórico acerca de la producción visual (principalmente de Leopoldo Batres) de ese asentamiento prehispánico ubicado en el estado de Zacatecas.   Por su parte, Mayra Mendoza, subdirectora de la Fototeca Nacional, destacó el ensayo Vestigios fotográficos: los hallazgos de Francisco Plancarte en Michoacán, de Claudia Espejel Carbajal, que expone la situación actual de la colección de piezas de ese sacerdote michoacano aficionado a la arqueología, la cual fue catalogada en 1892 y ahora está bajo resguardo del INAH; su afición lo llevó a reunir más de dos mil 800 piezas.   En la sección Soportes e imágenes, espacio para diversos testimonios cuyo origen son imágenes del archivo de la Fototeca Nacional, que posteriormente pueden traducirse en proyectos de investigaciones más grandes o de largo aliento, se publican los inicios de una indagación sobre el fotógrafo Luis Calvillo, apodado por él mismo “Mustafá”. En el texto Mi cámara dirá las bellezas del terruño. Mustafá, el fotógrafo guanajuatense, escrito de María del Carmen Solanes Carraro y Carlos Vázquez Olvera, se devela, a través de un intercambio fotográfico y epistolar con una amiga, cómo era el Bajío en la primera mitad del siglo pasado.   “Alquimia es un espacio abierto para que la gente pueda expresar este tipo de historias que son muy familiares, y que por eso mismo las desdeñamos, son tan cercanas que se piensa que quizás no valen la pena, cuando en realidad nos muestran otra forma de ver una época”, expuso Mayra Mendoza.   Por su parte, la periodista Sandra Licona, sobre el reciente número de la revista citó al arqueólogo Ángel Iván Rivera Guzmán: “las fotografías de las excavaciones son un testimonio único de los hallazgos pues preservan, para la posteridad, la memoria de cómo se encontraron los objetos, de cómo estaba el lugar, dónde se excavó, o bien, con que material y personal se contaba para realizar esta exploración”.   Celebró que Alquimia, con 21 años de existencia, sea el espacio idóneo para difundir los acervos del Sinafo. “Se trata de una publicación cuatrimestral que ha sido posible gracias a la voluntad de múltiples historiadores, instituciones, coleccionistas y jóvenes investigadores, quienes a lo largo de 60 números han mostrado su interés por el estudio de la fotografía”.   El volumen se completa con Portafolio, sección que presenta a los personajes (especialistas, artistas y aventureros) que se adentraron por selvas, colinas y desiertos de México y Centroamérica, y trajeron los primeros informes, dibujos, mapas e imágenes fotográficas de los vestigios arqueológicos de civilizaciones prehispánicas. En esta ocasión se trata de Thomas A. Joyce, Thomas Unett Brocklehurst, Channing Arnold y Frederick J. Tabor Frost.   La edición cierra con la reproducción del texto de Leopoldo Batres, titulado Reparación y consolidación del Edificio de las Columnas de Mitla; además de sus tradicionales secciones: Sinafo y Reseñas.   Este ejemplar puede adquirirse en el estand del INAH dispuesto en la Fiesta del Libro y la Rosa 2018, en las tiendas de los museos del instituto y en las Librerías Educal.    
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