Oaxaca.-La vida de una menor de cuatro años radicada en Morelia, Michoacán, terminó de la peor manera posible, pues recibió poco más de 40 golpes en todo el cuerpo y sufrió más de trece fracturas; tres de ellas en el cráneo.
La niña asesinada fue identificada como Valentina, una pequeña definida por su mamá como alegre, feliz y risueña que perdió la vida en el Hospital General de Morelia al sufrir la brutal golpiza descrita anteriormente el pasado 26 de junio.
Su madre, Brenda García, contó su historia a VICE México y aseguró que la culpa de no poder evitar la muerte de su hija la cargará hasta el último día de su vida.
La madre de Valentina señaló que ella fue una niña amada y muy esperada, pues anhelaba cada noche verla, abrazarla y besarla.
El 29 de enero de 2014, poco después de las tres de la tarde, la pequeña Valentina nació y con ello, la alegría de Brenda García se disparó, pues su mayor sueño se había hecho realidad.
A pesar del nacimiento de Valentina, sus padres se separaron poco tiempo después al explicar que no tenían la relación que ellos esperaron.
Él era el mejor papá que pudo tener, la amaba, la amábamos, y aunque preferimos separarnos, la relación como padres no la perdimos”.
Esta situación orilló a Brenda a trabajar como madre soltera y su mejor opción para tener a salvo a su pequeña hija era en la guardería.
La vida de Brenda y Valentina cambió en julio del año pasado cuando conoció a Diego, pues ella trabajaba en una tienda de conveniencia y él era chofer de una empresa que surtía los productos.
Tras varios meses de amistad, decidieron dar el siguiente paso e iniciaron una relación sentimental hasta que en marzo de 2018 tomaron la decisión de vivir juntos.
Pasaron los días y Diego le quitó el celular a Brenda, aislándola de todo mundo además de convencerla de quedarse en casa porque él se encargaría de los gastos; poco después, la alejó de su familia y la llevó a los suburbios de Morelia.
La madre de Valentina explicó que ella perdió contacto con sus seres queridos por miedo a que Diego se enojara y, cuando esto pasaba, él la golpeaba; a veces se desquitaba con su hija.
Ahí sí le tenía mucho miedo, prefería hacer lo que pidiera con tal de que no lastimara a mi niña”.
Excélsior informó que el sujeto se caracterizaba por ser inestable en sus empleos, pues de marzo a junio, tiempo en que estuvo con Brenda, Diego cambió de trabajo al menos cuatro veces.
Esta situación provocó que los últimos dos meses vivieran con las liquidaciones de Diego y no alcanzaba para nada. Ante la falta de dinero y la necesidad de su hija, Brenda regresó a trabajar y se vio obligada a sacar a Valentina de la guardería.
Tenía que trabajar, no podía dejar a mi hija sin comer, aunque a Diego no le gustaba nada, porque yo ya iba a dejarlo y él lo sabía, los últimos días me decía que yo ya no era la misma, porque sí, ya no quería estar a su lado, la violencia era demasiada, y él se encargó de alejarme de todos, tenía que dejarlo”.
El 26 de junio de 2018, Brenda se fue a trabajar, era su segundo día en su nuevo empleo y había dejado a Valentina al lado de Diego.
Sin embargo, ese mismo día recibió la peor llamada de su vida por parte de la hermana de su pareja sentimental.
Me llamó su hermana y me dijo que mi hija estaba muy mal y la trasladaron al hospital”.
Brenda afirmó que tenía un mal presentimiento y al no tener dinero para irse al hospital, su jefe le prestó para poder tomar un taxi y llegar a la clínica.
Al llegar al Hospital Infantil de Morelia, la angustiada madre vio a su hija por última vez. Debido al estado de gravedad de la pequeña de cuatro años, la menor fue llevada al cuarto de terapia intensiva.
Ahí fue donde supe todo lo que tenía: tres fracturas en el cráneo, el hígado deshecho, fractura en la cadera, hemorragia interna, golpes en todo el cuerpo y mordidas”.
Personal del hospital cuestionó a Brenda y ella respondió que no sabía nada, pues ella se encontraba trabajando y quien estaba a cargo de su hija era su pareja.
Desde ese momento no quise ver a Diego pero tuve que fingir para que no sospechara. Pedí la intervención de un abogado del hospital”.
La madre fue trasladada al Ministerio Público (MP) para poner su denuncia; un día después del hecho, el 28 de junio en el MP le informaron que el hospital nunca notificó los hechos y que al no tener pruebas, ella era la culpable.
La madrugada del 29 de junio, su pequeña de cuatro años había fallecido mientras buscaba mostrar su inocencia de las acusaciones de las propias autoridades.
Brenda explicó que estuvo por ratos en el funeral de su niña, pues tenía que estar con las autoridades para dar su versión de los hechos; sin embargo, aún faltaba lo peor cuando fue llevada a la sección de delitos sexuales.
Cuando me llevaron ahí, fue cuando supe que Diego había abusado y asesinado a mi hija”.
La situación legal de Brenda fue aún peor cuando las propias autoridades la señalaron de ser la culpable de la muerte de su propia hija.
La investigadora me dijo: ‘tú sabías que él la violaba, dime la verdad o a la que me voy a chingar es a ti porque es a la que tenemos aquí’. La MP que estaba tomando la declaración no me permitía ver lo que escribían y supe que Diego había sido liberado”.
A tres meses de este trágico hecho, la madre clama justicia al ser cuestionada por las autoridades de ser parte de un delito que no cometió además de ser señalada por la familia de su violenta expareja quienes lo ayudaron a estar prófugo.
Diego es el presunto feminicida de Valentina para las autoridades, para sus padres es inocente, tanto que lo protegen”.
Valentina, una niña de cuatro años que presumía un hermoso pelo chino, ojos sublimes y una sonrisa contagiosa, fanática de Moana y que mencionaba que su palabra favorita era ‘mamá’.
La vida de esta niña de cuatro años fue arrancada de una manera brutal, cruel y cobarde por un sujeto cuya inestabilidad emocional es notoria y que representa un peligro para cualquier menor, joven o mujer se deje llevar por la apariencia noble de este tipo.
Con información de Vice México, Excélsior y Mi Morelia