Ciudadania Express
Lunes 03 de diciembre, 2018. 12:53 pm

En la FIL Guadalajara rinden homenaje a Eduardo Mata

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En la FIL Guadalajara rinden homenaje a Eduardo Mata

Oaxaca.-"Entre los mexicas el máximo gobernante era el tlatoani, es decir, el que tenía el poder de la palabra. Hoy son ustedes (los indígenas) los dueños de la palabra, ejercítenla, háganla valer, luchen con ella porque es la palabra que surge de la tierra para transformarse en tiempo y en historia”, pronunció el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma (Ciudad de México, 1940) durante el homenaje que le rindió la 32 Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

En el acto celebrado durante el Encuentro de Literaturas en Lenguas Originarias de América, el también Premio Crónica 2017 agradeció el reconocimiento a su carrera y reiteró el uso de la palabra como grito de protesta.

“Palabra que se preserva a lo largo de los siglos y que está presente para recordarnos que siguen vigente, que no han desaparecido, que son la expresión cabal de los pueblos indígenas del continente. Son las voces que se alzaron hace más de 500 años en la Isla la Española en boca de un cacique indígena, Enriquillo, quien se levantó en la Sierra del Bahoruco en contra del poder español en 1519”, leyó.

Para Fray Bartolomé de las Casas —añadió Matos en su discurso— ese levantamiento significó una sublevación motivada por causas justas y la formación de Enriquillo como representante legítimo de los indígenas.

“En México es la voz de Cuauhtémoc la que se dejó oír en la defensa de Tenochtitlán contra las huestes peninsulares y que, en tono dramático, invitaba al capitán español a que lo sacrificara como correspondía a un guerrero prisionero con aquellas palabras que han quedado grabadas en los anales de la historia”.

El mensaje, dijo, no fue comprendido por Hernán Cortés ni por Bernal Díaz del Castillo, ya que Cuauhtémoc buscaba la compañía del Sol al momento de morir.

“Bien sabemos que el destino de los guerreros capturados en combate era el de ser sacrificados para acompañar al Sol en su recorrido por el firmamento cuando éste era parido por la Tierra en una constante lucha en contra de los poderes de la noche y llegar hasta el mediodía donde el astro sería acompañado por las mujeres muertas en parto hasta el ocaso, cuando el Sol sería a su vez devorado por la Tierra”.

Ésas son las palabras, agregó, que escuchamos también en lo más profundo de la selva chiapaneca en 1994 y que aún perduran.

“Son las voces de los negados, de los pueblos que labran la historia de aquellos seres que tienen su peculiar manera de entender el universo, que hablan de los despojos a que están sujetos, de las injusticias que se cometen día a día en contra de las mujeres y los hombres de la palabra originaria, de los hombres verdaderos como se conocen a sí mismos los tzetzales. Pero junto a ese grito de protesta, también se da el canto donde las palabras se transforman en poesía”, dijo.

INNOVADOR. Durante el homenaje, Marisol Schulz, directora general de la FIL de Guadalajara, señaló que Encuentro de Literaturas en Lenguas Originarias de América se suma a los espacios que abren sus puertas al rescate, estudio y difusión de las lenguas originarias.

“Elemento sin el cual sería imposible comprender la cultura de la que somos herederos y deberíamos ser transmisores. Es que en el complejo escenario del mundo global en el que estamos inmersos, la tradición de las lenguas originarias es insoslayable en la consolidación de la identidad propia de cada cultura”, precisó.

Para lograr esa consolidación, dijo, es fundamental “el estudio de nuestros orígenes y es en esta tarea donde el trabajo de Matos Moctezuma es fundamental”.

El arqueólogo responsable del Proyecto Templo Mayor, Leonardo López Lujan, ofreció la semblanza del homenajeado describiéndolo como innovador de la arqueología en México al crear uno de los museos más importantes del país: Museo de Templo Mayor.

“Eduardo quedó marcado por la Revolución Cubana, la Guerra Fría, el movimiento del black power y los trágicos sucesos del 68, dichos acontecimientos lo hicieron adoptar una posición crítica tanto en lo que a política se refiere como en su propio quehacer profesional. Así, en abierto rechazo a la escuela mexicana de arqueología fundada por Alfonso Caso y sus contemporáneos en los años 30, Eduardo hizo suyas las posiciones del materialismo histórico”, comentó.

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