Originaria de Santa María Quiegolani, el último pueblo zapoteco de la sierra del sur de Oaxaca, Eufrosina Cruz Mendoza, la primera mujer indígena presidenta del Congreso del Estado de Oaxaca, pugnó porque a los grupos indígenas se les den las mismas oportunidades que a todos, "porque a nosotros también nos rueda la cabeza".
“No estamos destinados a ser invisibles, sino a ser capaces de razonar, de opinar, pero tenemos que hacerlo nosotros, el español lo tuve que aprender de grande, por eso de pronto siempre hablo a chingadazo porque así aprendí y así tuve que arrebatarle a la vida cosas”, dijo en la actividad “Mil jóvenes con Eufrosina Cruz”.
En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la mujer que a los 12 años dejó su pueblo en Oaxaca, estudió y logró un cambio en la Constitución de México que garantiza que las mujeres puedan ser elegidas para cualquier cargo, y denunció que a los indígenas no se les han brindados las mismas oportunidades.
Cruz Mendoza, quien ha destacado por su activismo en la igualdad de género y los derechos de las mujeres indígenas y de las comunidades, llegó a la FIL para hablar sobre como es que se abrió paso a la vida, como dejó atrás esa vieja costumbre indígena que las mujeres solo sirven para hacer tortillas y tener hijos, como fue que rompió barreras para convertirse en un ejemplo de vida para muchas mujeres en su situación, a pesar de la discriminación que padeció.
Acompañada del escritor Benito Taibo, subrayó orgullosa, que el ser indígena no significa ser menos o ser más, sino que representa una identidad cultural que tiene México.
“Cuando la vida no te da oportunidades, tu debes de arrebatar a la vida esa oportunidad, nadie va a cambiar tu historia si no rompes tus propios miedos; hablo de la pobreza no de aquella donde solo tienes frijoles y tortillas, sino de mente, de cuando una mente no se educa tiene miedos, miedo a cuestionar, a rebelarse, a exigir, pero sobre todo, a decir que merecemos nosotros.
“Cuando vives en esa circunstancia, no responsabilizo a la vida; nunca me he sentido víctima, porque fueron las circunstancias de la vida, pero entendí que yo debía cambiar esa circunstancia”, señaló Eufrosina, nacida en 1979.
La “rebelde del pueblo”, que alguna vez empezó a soñar con un mundo diferente y más parecido al que le contaban las historias de sus ancestros, en donde hombres y mujeres era iguales, insistió en que ‘el problema es que no nos han generado las mismas oportunidades’.
“No queremos que se nos regale, no comparto el tema de los subsidios, quiero que me den las oportunidades para aportar lo que yo pienso y creo, y eso lo descubrí a través de la educación, y tuve que aplicarlo a la vida, esa circunstancia en la que decían que estaba destinada a ser jodida y a que otros decidieran por mí”, subrayó.
Ante un Auditorio Juan Rulfo lleno, la ponente atrapó a decenas de jóvenes lectores, quienes por espacio de poco más de hora y media, fueron atrapados por las vivencias, anécdotas y trabas que Eufrosina pasó, para entender que “la violencia, la pobreza y la invisibilidad no pueden ser una costumbre’.
Gracias a su perseverancia y rebeldía, las mujeres de su pueblo ya pueden votar, y no sólo eso, también, hoy dirigen el rumbo de sus comunidades, siendo presidentas municipales. Ahora, esta mujer de 39 años y madre de un pequeño de cinco años, afirma que desea continuar ayudando a su entidad, y para ello, afirma que su próximo sueño es ser gobernadora de Oaxaca.