Lilia TORRENTERA G.
Oaxaca.- Con 28 años y viviendo en ese entonces entre Teotitlán del Valle, Juchitán y la ciudad de Oaxaca, recién llegado de París, confiesa que no supo y mucho menos se imaginó en el momento, la magnitud de la represión ordenada al Ejército por el presidente Gustavo Díaz Ordaz en aquel 2 de octubre, un día colectivamente negado al olvido.
Aun cuando evita externar los sentimiento y emociones que le provoca recordar este hecho en el que ni siquiera ahora, se sabe el número de personas asesinadas, principalmente estudiantes, el pintor Francisco Toledo narra en entrevista con Ciudadanía Express, cómo vivió esos días de 1968, marcados para la sociedad mexicana por la incertidumbre, el dolor y el luto callado por el miedo aunque no así, para el entonces primer mandatario que gobernaba con el autoritarismo concedido por las siglas tricolores del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“La matanza de Tlatelolco”, es el mote que retumba en la colectividad nacional porque el derramamiento de sangre sigue vigente en un México, con el mismo miedo con el mismo dolor, con el mismo luto, pero ahora provocado por una violencia institucionalizada entre la inefectividad del gobierno, el crimen organizado y creciente delincuencia común con grados superlativos de agresividad, pero también en el asesinato o desapariciones forzadas de quienes luchan por su territorio; defienden los derechos humanos, o por el hecho simple de ser mujer.
Por eso el maestro Francisco Toledo, sabe que son las y los jóvenes en todo el país, que a 50 años del 2 de octubre de 1968, son quienes siguen muriendo en el México de hoy, sin explicación alguna del Estado, sin mayores oportunidades de bienestar, ni mucho menos de saber si tienen otro día más de vida.
Toledo va recordando episodios, personajes, circunstancias que vivió en los días posteriores al cruenta represión del movimiento estudiantil del 68 y en el que devela cómo desde entonces ya tenía como acción cotidiana, la ayuda al otro.
En la entrevista, el maestro Toledo va contando un anecdotario del Oaxaca en tiempos de represión; su acercamiento con los líderes estudiantiles locales y la indignación y desolación que le provocó llegar a la Ciudad de México tras la cruenta masacre en la Plaza de las Tres Culturas.
Una exposición fallida como protesta
Francisco Toledo Cuenta que su día a día, corría entre Teotitlán del Valle donde inició un proyecto artístico de textiles y conoció al artista tejedor, Adrián Gómez Ramírez para luego desplazarse a Juchitán y recuperar su acercamiento con el arte local e ir de vez en vez la ciudad de Oaxaca ya sea para adquirir materiales o reunirse con los escasos amigos que en se tiempo tenía como Virgilio Gómez, quien lo guió por los buenos oficios del dibujo y la pintura.
Francisco Toledo recuerda que en 1968, recibió una invitación del poeta oaxaqueño Juan Herrera, quien por su cercanía con el promotor de arte, Miguel Cervantes, fue llamado a colaborar con el Comité Organizador de la Olimpiada Cultural, una de las actividades oficiales que vistieron los Juegos Olímpicos que tuvieron como sede al país.
La invitación consistía en realizar una exposición en un espacio del entonces semi abandonado Ex convento de Santo Domingo de Guzmán. Para ello, llegaron de la ciudad de México personal para documentar la obra y tomar retratos de Toledo que fueron utilizados en un catálogo que ya editado, no salió a la luz pública.
Y asísí recuerda Toledo un acto muy íntimo de protesta al crimen de Estado que protagonizó el presidente Díaz Ordaz:
“La exposición se tenía contemplada creo que para octubre o noviembre de 1968, con un catálogo que publicaba por primera vez, mi obra a todo color pero yo decidí no hacerla, pero lo más triste es que yo no avise al encargado del espacio, un señor apellidado Palau, quien se quedó esperando la obra que nunca llegó y por otro lado, lo que yo hice como un gesto de rebeldía, no tuvo mayor trascendía, porque entonces muy poca gente me conocía” .
Los presagios mágicos de la matanza
En su andar por la tierra de Juchitán de las Flores, la memoria de Toledo recrea tres hechos a los que su gente de allá consideró presagios de lo que pasaría en ese 1968.
La narración de Toledo, toma los tintes de lo que ha sido en su pintura, una zoología fantástica y que mejor escucharla de viva voz.
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https://www.youtube.com/watch?v=5gmE867-U9A&feature=youtu.be