Oaxaca.-“La estética y el impacto económico de la grana cochinilla fueron tan grandes que su penetración en la conciencia cultural general fue probablemente inevitable para finales del siglo XVI. Comenzó a infiltrarse en la ficción, la poesía y las canciones; mucho de lo que se sabe de su aceptación en el mundo proviene de fuentes literarias. Tomó gran importancia en la pintura, la literatura y la moda, incluso se utilizó como laca para los instrumentos musicales”. Así lo dijo la doctora en Historia del arte Barbara Anderson, quien ofreció ayer, en el área de murales del Palacio de Bellas Artes, la charla El insecto que pintó Europa, en el marco de la exposición Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte. Actualmente, la grana cochinilla regresa como una revalorización de los colores naturales y del producto indígena en México, explicó la especialista, quien trabajó en el Museo Getty como jefa de exposiciones. [caption id="attachment_42993" align="aligncenter" width="480"] La grana cochinilla aporte de las culturas prehispánicas de México[/caption] Durante la actividad, Anderson comentó que “el color ha sido siempre un medio para la expresión de estatus personal y de importancia cultural, principalmente en el arte”. Recordó al caracol Murex, que “era la fuente del color púrpura imperial que caracterizó las decoraciones de prendas de vestir y de manuscritos elaborados para la alta realeza y el clero en el mismo periodo en Europa”. Aseguró que el Imperio otomano asentado en Constantinopla controló su producción y comercio hasta que, a mediados del siglo XV, estallaron diversos conflictos políticos y religiosos, que provocaron que los otomanos rompieran relaciones con Europa y la dejaran sin el preciado tinte. “Cuando el púrpura se volvió imposible de obtener, el papa Nicolás V declaró en Roma que desde ese momento el rojo sería el color que utilizaría el alto clero para su vestimenta. La nobleza europea siguió esta tendencia para distinguir su propia riqueza y prestigio. “De la noche a la mañana, la grana cochinilla causó gran sensación cuando la industria textil de lujo descubrió que su rojo carmín igualaba la belleza y saturación del Kermes. Su coloración era más resistente y su costo más barato. “La ventaja de la cochinilla radicaba en los métodos altamente sofisticados que se habían desarrollado en México para el cultivo de la cactácea anfitriona y la ingeniería genética del insecto, mucho antes de que Díaz del Castillo, acompañante de Cortés, viera la grana cochinilla en el inmenso mercado de Tenochtitlán”.