Oaxaca.-El aumento de las tasas de interés en México ya refleja el incremento del riesgo financiero del país en los meses recientes.
Si bien estamos muy lejos de los niveles alcanzados en otras épocas, es un hecho que bajo las condiciones actuales los niveles registrados son muy elevados con respecto a otros países en el mundo, sobre todo entre las llamadas economías emergentes, que compiten con México en atracción de capitales globales, pero también en competitividad.
Latinoamérica es una vez más el “patito feo” del mundo financiero, respecto a las tasas de interés, ya que dos naciones de esta región tienen las tasas de interés más altas del planeta, producto del colapso de sus economías.
Argentina y Venezuela son las naciones con los niveles de réditos más altos en todo el mundo; de hecho, el primero de estos países tiene el sitio de honor en la materia.
La tasa de interés referencial en Venezuela tiene un nivel de 22.58 por ciento
Así, es importante poner en su verdadera dimensión el nivel de las tasas de interés registradas en México.
De hecho, sus rangos están por debajo de lo registrado por otras naciones, pero esos otros países en realidad significan poco en el concierto financiero global; México es junto con Turquía la nación con las tasas más altas en el mundo emergente, entre las economías relevantes con una tasa de 8 por ciento.
La semana pasada el banco central mexicano decretó un aumento a la llamada tasa de referencia, al colocarla en 8.0% anual, el nivel más alto en 9 años, casi una década. En tanto, en Brasil, el nivel de la tasa líder del mercado está en 6.5 por ciento.
Comparado con otras naciones o mercados emergentes relevantes, México también muestra tasas de interés muy elevadas: en Corea del Sur la tasa se ubica en 1.5%, en la India este indicador es de 6.5%, en China de 4.35%, en Chile 2.5%, Polonia 1.5% y Rusia 7.5%, por señalar algunos.
Un nivel de tasas de interés tan elevado es perjudicial para la economía mexicana, tanto en lo interno como en lo externo.
En lo interno hemos señalado en diversas ocasiones que las tasas de interés altas significan más costos para los usuarios del crédito, y al mismo tiempo para los gobiernos que emiten deuda con el objeto de obtener financiamiento en los mercados, al tener que pagar más intereses si las tasas suben y destinar menor recursos a tareas como programas sociales.
En pocas palabras, las altas tasas altas de interés son un inhibidor para el crecimiento de la economía.
En lo externo, con un contexto de volatilidad financiera global, las tasas altas de interés son un reflejo del riesgo financiero que asume cada país; entre más altas sean mayor es el riesgo y por lo tanto disminuye el atractivo para las inversiones: a mayor tasa mayor riesgo.
Vayamos a las cifras de otras naciones. De acuerdo con los bancos centrales de cada país, y las estadísticas del banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Argentina tiene la tasa de interés más alta del mundo con 62.50%, seguido de Venezuela con un nivel de 22.58 por ciento.
Como sabemos, las economías de estos dos países están prácticamente colapsadas. Por un lado, Argentina ha pasado un 2018 de pesadilla con más de 100% de devaluación de su moneda, obligando incluso a un programa de rescate financiero mundial liderado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) con un préstamo de 56 mil millones de dólares, sin este dinero Argentina estaría sumida en una situación de catástrofe mayor a la que tiene.
El costo del dinero en Argentina se fue literalmente por las nubes.
En estas circunstancias el costo del dinero en Argentina se fue literalmente a las nubes, recordando otras épocas de crisis financiera en el país sudamericano.
En Venezuela las cosas no están mejor, de hecho, están mucho peor debido a que su economía no cuenta con el apoyo global que sí tiene Argentina, ante los conflictos mundiales generados por su presidente y la estrategia de declararse víctima de los grandes capitales globales y del imperio financiero mundial, cualquier cosa que signifique esto último.
La situación ha derivado en una megainflación que este 2018 rebasará el millón por ciento, cifras difíciles de creer en estos tiempos.
Argentina y Venezuela son el ejemplo de lo que no debe ser, con tasas de interés que condena a estos países, y sobre todo a su población, a varios años de problemas económicos.
En este contexto es un hecho que México todavía está muy lejos, pero también es cierto que el riesgo financiero del país se ha incrementado y que ya se traduce en tasas de interés muy altas, las más elevadas entre las economías emergentes más representativas después de dos naciones que son todo un caso.
Con información de Alto Nivel