Oaxaca.- Organizaciones civiles y expertos en salud se pronunciaron a favor de duplicar el Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios (IEPS) que actualmente grava a jugos y bebidas azucaradas, con el fin de disminuir su consumo y destinar los recursos a campañas de prevención contra la obesidad y otras enfermedades derivadas del alto consumo calórico. Actualmente, el IEPS que se aplica a estas bebidas desde el pasado 1 de enero, cuando se actualizó por última vez, es de 1.17 pesos por litro, por lo que la propuesta para el nuevo gobierno es que lo fije en 2.34 por ciento por litro. Aumentar el IEPS a bebidas azucaradas permitiría aumentar la actual recaudación por este producto a 40 mil millones de pesos, contra los 35 mil millones que se recaudan por cervezas y bebidas alcohólicas. En conferencia de prensa, el director de El Poder del Consumidor (EPC), Alejandro Calvillo, expuso que con este aumento las más beneficiadas serán las personas con menos poder adquisitivo, ya que hoy es común que comunidades indígenas padezcan obesidad y con ello diabetes. Abundó que junto con el consumo desmedido de bebidas azucaradas, el de tabaco se ha convertido en un problema de salud pública, por lo que tiene que ser una prioridad para el siguiente gobierno federal. Calvillo agregó que durante 2017, la recaudación por el IEPS fue por más de 130 mil 853 millones de pesos, de los cuales poco se sabe sobre su destino cuando el compromiso inicial era que se ocuparían para campañas de prevención sobre los efectos generados por consumo de alcohol, bebidas azucaradas, comida chatarra y tabaco. Fiorella Espinosa, investigadora en salud alimentaria en El Poder del Consumidor, detalló que “para reducir el consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas, que son la causa principal de las epidemias de obesidad y diabetes, es necesario establecer una Ley General contra el Sobrepeso y la Obesidad. El objetivo de esa ley sería erradicar la publicidad de esos productos dirigida a la infancia, que se establezca un etiquetado frontal de advertencia en los artículos no saludables, que se aumente el impuesto a bebidas azucaradas y que se destine esos recursos del IEPS a campañas de orientación alimentaria directas. Además, que se instalen bebederos en escuelas y espacios públicos, y se obligue a vigilar el cumplimiento de lineamientos en los planteles educativos: “Los recursos se deben enfocar en las poblaciones más vulnerables“, dijo la investigadora. La directora de Acción Contra el Alcoholismo, Francis Zaballa, sugirió al nuevo gobierno que parte del dinero recaudado por los impuestos a las bebidas alcohólicas, se utilice para diseñar e implementar, de la mano de la academia, un programa nacional de prevención de consumo de alcohol. También pide impulsar campañas de no consumo entre los jóvenes, así como la prohibición de la publicidad de bebidas alcohólicas (con sus variantes) en medios de comunicación, centros deportivos y escuelas, donde conviven los niños y jóvenes. “Solicitamos que existan etiquetados claros de advertencia sobre el daño que genera el consumo de alcohol, regulación en su venta estableciendo como edad mínima los 21 años, así como el aumento de impuestos de acuerdo a las recomendaciones internacionales“, precisó. El director de Políticas en Salud Pública de FIC México, Erick Antonio Ochoa, destacó la necesidad de establecer políticas públicas para el control del tabaco que cumplan con el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT). “En México es necesario reformar la Ley General para el Control del Tabaco y aumentar los impuestos, del tal forma que su precio al consumidor sea de 11 pesos más por cajetilla, lo que permitirá aumentar la recaudación de cinco a seis millones de pesos más a los casi 40 mil que hoy se contabilizan“, puntualizó. Los exponentes coincidieron en que el IEPS a alcohol, tabaco, comida chatarra y bebidas azucaradas deberían ser considerados por representantes del nuevo gobierno para prevenir las enfermedades que provoca el alcoholismo, el tabaquismo y la obesidad, que son la principal causa de enfermedad y muerte, así como del colapso del sistema de salud.