Oaxaca.-Los mexicanos estamos ligados histórica y popularmente al maíz. No hay manera de no pensar en México sin pensar en la tortilla y los millones de usos que hemos dado a este alimento prehispánico que perdura hasta el día de hoy en calidad de favorito. Pero la evolución de la industria ha alterado el origen de nuestras tortillas. Sin saberlo una de cada dos tortillas que nos comemos es falsa.
Con el objetivo de agilizar el proceso de producción del maíz, empresas modifican genéticamente a la semilla, un procedimiento que deja sin los nutrientes necesarios al producto final.
La fundación Tortilla de Maíz Mexicana alerta a la población nacional de las trampas de la industria para vendernos tortillas que no están hechas puramente de maíz. Con la intención de vender más y en sitios cada vez más populares para las compras, como los supermercados, la tortilla mexicana tiene un rival enorme en la tortilla chatarra de harina de maíz. La estrategia ha funcionado tan bien que al menos el 50% de lo que se come proviene de esta mentira.
Y es que el proceso de elaboración de una auténtica tortilla mexicana es mucho más complejo, arduo y tardado que la maquilación de estas tortillas chatarra.
Nos sobra explicar que los efectos de estas harinas en el cuerpo de los mexicanos son mucho más complejos que la digestión del alimento hecho a base de maíz nixtamalizado.
Además, se ha modificado la cultura del sabor, la textura, el olor y la calidad en general del producto más popular a nivel nacional.
Rafael Mier, director de esta fundación que vela por la autenticidad en la producción de las tortillas mexicanas, explica que los grandes creadores de la tortilla chatarra son los supermercados nacionales y extranjeros.
En su afán por vender productos de forma masiva al menor precio, se han esforzado por hacer tortillas falsas, llenas de químicos para darles color, sabor y textura. Lo peor viene cuando en las etiquetas de estos alimentos chatarra se anuncia que pueden durar meses en refrigeración.
Lo que está sucediendo es que la tortilla falsa se está imponiendo en los hogares mexicanos y las famosas tortillerías tradicionales están siendo relegadas, a pesar de su elaboración tradicional o industrializada, pero respetando los ingredientes originales.
Con esto, la mitad de las tortillas a las que tenemos acceso son productos hechos de harina y no de maíz original.
Los datos presentados por Mier dejan ver a un México que está poco a poco relegando a la tortilla y el pan artesanal para hacerse de harinas procesadas en sus desayunos y comidas.
Lo que antes podía ser un huevo con jamón para el desayuno ahora es una torre de hot cakes que inevitablemente alterarán la salud de los mexicanos. Buena parte de este proceso deriva de la falta de publicidad de la industria del maíz mexicano.
En nuestra nación, son al menos 2.7 millones de productos de maíz puro mexicano. Repartidas en todo el mapa hay cerca de 80 mil tortillerías registradas que siguen batallando para lograr ganancias sustentables.
Esto se debe a que la despensa de los mexicanos se ha modificado totalmente en las últimas décadas.
Desde los acuerdos comerciales de nuestro país con otras naciones como Estados Unidos, la despensa local se ha llenado de harinas procesadas, galletas, postres industrializados y tortillas chatarra que ponen en peligro la producción de tortilla original mexicana.