Villa de Zaachila, Oaxaca.- Todos los días habla con sus abejas, se comunica, les pide permiso, se entienden mutuamente, si alguna persona de la comunidad reportó un panal o colmena, el señor Virgilio López Hernández acude al lugar y con respeto les dice a estos animalitos: “por favor déjenme reubicarlas, voy a trabajar con ustedes y no vengo a hacerles daño”.
Es la profesión de apicultor que este hombre ha ejercido a lo largo de más de treinta años. La mañana avanza y con ella, la inspección y cuidados de las colmenas nodrizas que él mismo ha diseñado en el taller ubicado en su domicilio.
Y es que además de dedicarse a la apicultura, don Virgilio también sabe de carpintería, por ello, sus colmenas están hechas por sus propias manos. Apoyado por dos de sus seis hijos, este apicultor proporciona un hogar confortable a la colonia y contribuye en el campo al desarrollo de las abejas melíferas, es decir, las que producen la miel.
“Yo soy originario de Ocotlán de Morelos, sin embargo desde 1979 llegué a Zaachila porque estudié aquí, nuestro trabajo se trata en alterar lo menos posible la vida y trabajo de las abejas, las cuales no son malas, simplemente se defienden si son víctimas de algún ataque”, relata el apicultor.
Este hombre de 57 años de edad, llegó a la Villa de Zaachila porque realizó sus estudios en el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) No.78, ahí tuvo sus primeros acercamientos con el interesante munco de la apicultura.
Asimismo, comparte que a pesar de que las abejas no son animales domésticos, se pueden llegar a tener en los jardines, e incluso él, ha logrado domesticarlas, pues hace un par de décadas hubo una mezcla genética de las abejas melíferas con abejas africanas, estas últimas de comportamiento más agresivo.
Un apicultor que alcanza buenos resultados en su trabajo debe tener conocimiento de los instintos naturales de estos animales y saber cómo se organiza la colmena.
Así don Virgilio, hoy en día con orgullo sabe que su trabajo ha rendido frutos, pues apoyado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, se tiene un convenio que prohíbe la matanza de las abejas y al menos en Zaachila, hoy hay más conciencia sobre la preservación a estos animales.
EVITAR LA DISMINUCIÓN DE LA ESPECIE
Para el señor Virgilio, trabajar en favor de la disminución de las especies de abejas productoras de miel, es una de las principales motivaciones que le mantienen al pie de cañón.
Desde este espacio, agradece a quienes se han ido sumando a esta iniciativa, asimismo, a la doctora Maricela Martínez coronel, quien ha instruido al Departamento de Protección Civil Municipal, a realizar todo lo posible por no permitir destruir panales.
Cuando don Virgilio habla de las abejas lo hace con verdadera devoción, pues le causa gran admiración la forma en la que se organizan. “Se rigen a través de una abeja reina, que es la que comanda toda la colmena y les ordena a las obreras las tareas que van a desempeñar”.
UN TRABAJO POCO CONVENCIONAL
Las abejas son insectos productores de uno de los más ricos manjares para el ser humano, la miel, portadora de múltiples beneficios y tomada en cuenta para remedios caseros. La forma en que don Virgilio se comunica con ellas es a través, primero de humo, con esto él avisa que va a invadir su campo de trabajo, creando con ello un preámbulo.
En segundo comienza a hablarles, y por increíble que parezca, existe un vínculo muy fuerte entre el apicultor y los insectos, el lo hace de tal manera que da la certeza de que ellas están escuchándolo y obedeciéndole.
Existen momentos tensos a la hora de vigilar las diferentes colmenas, acepta el apicultor, “podemos darnos cuenta a través de su zumbido, o cuando se acercan demasiado a la cara, significa que ya no están cómodas con nuestra presencia”.
Para don Virgilio y su familia, este es un trabajo especial, no cualquiera tiene la sapiencia y paciencia para tratar a estos animalitos, es casi un “Don” trabajar con ellas (las abejas).
Sus 6 hijos y su esposa, ya se han acostumbrado a vivir en un mundo diminuto, donde cada abeja pone su granito de arena, donde hay niveles y tareas, donde están bien organizadas en las colmenas y se protegen, cuidando a su vez a una abeja reina.
Por último, aparte de la miel que las abejas producen, mediante todo un proceso, existe la extracción de cera virgen, que se produce en las mismas colmenas y que sirve para la realización de cirios en las tradicionales “Labranzas de cera”.
Sin embargo lo más importante en ellas es el fenómeno de la polinización de las plantas con flores, pues de las abejas depende la reproducción de muchas especies vegetales ya que la polinización consiste en transferir los granos de polen del órgano reproductor masculino, llamado antera, a su correspondiente femenino, el estigma.