Oaxaca.– Una investigación realizada en Japón determinó que quienes comían a velocidad normal tenían 29 por ciento menos riesgo de desarrollar obesidad, ya que mientras lo hacían a baja velocidad eran 42 por ciento menos propensos a padecerla.
El estudio aplicado en cerca de 60 mil habitantes de la nación asiática que padecían diabetes fue realizado entre 2008 y 2013, en el mismo se examinó los efectos no sólo de comer rápido o lento, sino igualmente de comer colaciones después de cenar, comer dos horas antes de acostarse y “saltarse” el desayuno.
En declaraciones retomadas por Notimex, los doctores Yumi Hurst y Haruhisa Fukuda, encargados del análisis, explicaron que más de la mitad de la muestra había disminuido la velocidad al comer en un periodo de seis años, y que este cambio estaba directamente relacionado con una disminución tanto en medidas de cintura como de índice de masa corporal (IMC).
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Por ello concluyeron que ciertos cambios en el estilo de vida pueden efectivamente tener un impacto positivo en la pérdida de peso, sobre todo en lo que toca a la velocidad de comer.
Debido a que la investigación fue únicamente estadística los científicos no explican los motivos por los que se obtuvieron esos resultados en los pacientes que comieron más pausadamente y bajaron de peso. Aun así el estudio, publicado en
BMJ Open, sugiere que una posible razón de tal asociación es que los comedores rápidos pueden seguir comiendo sin esperar a darse cuenta de si ya comieron lo suficiente, mientras que quienes comen con lentitud pueden tener tiempo para comenzar a sentirse satisfechos y entonces parar.