Fortino Torrentera
Oaxaca.-Como la diosa Mayahuel trajo a la tierra su mágica planta hasta sacrificarse para dar vida al maguey, así, maestras mezcalilleras se reunieron para hablar de su ofrenda diaria al mezcal y siguiendo con el ejemplo de la enamorada de Quetzalcóatl, compartieron sus mezcales, no sin antes venenciarlos.
Las maestras campesinas y conocedoras, sentadas frente a un público que llenó la mezcalería Cuish, la noche del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer; una a una fueron reseñando su difícil labor en el campo, pero reconocen que hacer mezcal es vital para su cultura, para mantener la identidad.
Berta Vásquez, de San Baltazar Chichicápam; Reyna Sánchez, de San Luis Amatlán; Juana Escobar, de Santiago Matatlán; Sósima Olivera, de San Miguel Suchixtepec y Graciela Ángeles, de Santa Catarina Minas, fueron invocadas para intercambiar experiencias en la mesa redonda “Mujeres por el mezcal”.
El propósito de esta mezcalería Cuish que encabeza el artista plástico, productor y mezcaliller, Félix Monterrosa, es visualizar la importancia de las mujeres en la producción de la bebida, pues siempre han estado relegadas, cuando las maestras mezcalilleras han mantenido y elevado la calidad del mezcal en Oaxaca.
Son guerreras que por múltiples razones, comentaron algunas, se quedaron al frente de una tradición familiar para la destilación artesanal, aprendiendo de generaciones anteriores el arte de hacer mezcal, de invocar a Mayahuel.
Aunque no se tienen datos precisos de cuantas mujeres están presentes en la cadena de producción y distribución del mezcal, la cantidad es considerable, tomando en cuenta que participan desde germinar semillas, seleccionar el maguey, atizando las hornillas o recibiendo las primeras gotas de mezcal. En cada metro de cultivo de maguey, ya está la mano de alguna mujer.
Para que ellas hayan podido sacar adelante, no sólo aprendieron y dan muestras de maestría la producción, comercialización y fomento del mezcal, sino que además tener el carácter de autoridad para dirigir a los trabajadores en los palenques o en el corte de maguey para la producción de los mezcales tradicionales en las destilerías artesanales.
La maestra Bertha Vázquez, recordó que desde muy niña aprendió a hacer este destilado, con sus abuelos; casada ayudaba a su marido a elaborar la bebida pero al enviudar, ella sola tuvo que dedicarse a ello para sacar adelante a sus cinco hijos y reconoció que es parte de su cultura.
Sósima Olivera, continuadora de una tradición familiar, con sus seis hermanos ya participaba en la elaboración de la bebida tradicional, pues atizaban la olla y checaba que estuviera a punto y a lo largo de los años ha aprendido a degustar, distinguir y clasificar distintos mezcales.
Tras comentar sus inicios y su visión actual de la cultura del mezcal, pasaron a venenciar las distintas especies de mezcal que producen, una de ellas utilizó para ello un embudo que comentó tuvieron que hacerlo especial para que lo pudiera tapar.
Cuish, estaba colmado de amantes de esta bebida cuya producción y variedades distingue a Oaxaca, donde las discípulas, las auténticas hijas de Mayahuel, siguen honrando la tradición del verdadero mezcal.
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