Desde diciembre de 1986 la UNESCO ya había aconsejado la inclusión de Monte Albán y Oaxaca de Juárez como unidad cultural e histórica; la confirmación llegó al celebrarse la décima primera sesión del Comité de Herencia del Mundo, llevada a cabo entre el 7 y el 11 de diciembre de 1987.

De esta forma, con 1,200 monumentos de arquitectura civil y religiosa catalogados en un área de cinco kilómetros cuadrados que comprende el Centro Histórico y 247 manzanas, Oaxaca de Juárez pasó a formar parte de esta preciada lista.

La propuesta del gobierno mexicano se presentó desde el año anterior, 1986, junto con una lista de 27 bienes culturales; de ellos, el Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) eligió a los sitios oaxaqueños que se unieron a cuatro lugares más del país: el Centro Histórico de la ciudad de México, las zonas arqueológicas de Palenque, Chiapas; además de San Juan Teotihuacán, en el Estado de México, y el centro Histórico de la ciudad de Puebla.

En ese año, Oaxaca había presentado la candidatura de  la villa y convento de Cuilápam, el binomio forjado entre la ciudad de Oaxaca de Juárez y el sitio arqueológico de Monte Albán.

El documento resalta a la capital y el sitio arqueológico como una unidad cultural, con asincronía histórica pero ambas complementarias: el bloque Monte Albán-Oaxaca de Juárez. La primera, Monte Albán, capital del imperio zapoteco que se consolidó 200 años antes de Cristo y la segunda llamada Huaxyacac por los aztecas que se asentaron en este valle en 1486, erigida como fuerte en 1521 por los españoles que la nombraron Antequera-Oaxaca y establecida como ciudad por decreto de Carlos V el 14 de septiembre de 1526, aunque históricamente recibió el rango de ciudad un 25 de abril de 1532.

“Los principales monumentos religiosos, las magníficas casas patricias y las calles enteras bordeadas de otras viviendas se combinan para crear la solidez y el volumen de los edificios de la ciudad muestran que se adaptaron a la región propensa a terremotos en la que se construyeron estas gemas arquitectónicas”, destaca la UNESCO.

Para enlistarla como patrimonio mundial, UNESCO recordó el establecimiento de la cuadrícula urbana que Alonso García Bravo aplicó en Oaxaca adoptando la practicada en la ciudad de México novohispana, y que instauró en bloques de cuadras de 84 metros por lado.

Hoy que se cumplen 32 años de ese hito histórico, el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez y su Presidente Municipal, Oswaldo García Jarquín, refrendan el compromiso de garantizar un crecimiento ordenado, respetando lineamientos de una ciudad sustentable y con los ciudadanos y su bienestar como eje fundamental de gobierno; además, el respeto de mantener y conservar a la capital como Patrimonio Cultural de la Humanidad.