Ciudadania Express
Martes 28 de mayo, 2019. 02:33 pm

El oficio de narrar y sobrevivir en el periodismo

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El oficio de narrar y sobrevivir en el periodismo

Fortino Torrentera y Rodrigo Islas Brito

Oaxaca.-Se dice que entre la literatura y el periodismo narrativo se da un romance respetuoso. Que el narrativo es un periodismo con compromiso informativo, social, pero, además estético, algo cercano a la literatura en su intención de dar cuenta de la experiencia humana. Es así que llegamos al Segundo Encuentro de Periodismo Narrativo, Oaxaca, 2019 que se realizó en la Universidad Mesoamericana los días 14 y 15 de mayo.

En punto de la cinco de la tarde, sólo estábamos unas cinco personas en el patio principal, pero aun así iniciamos. Mientras se explicaba el objetivo de este encuentro, bastaron cinco minutos para que las sillas fueran ocupadas por catedráticos de esa institución educativa y compañeros invitados, así como integrantes de algunos medios de comunicación independientes.

Ahí, Rodrigo Islas Brito, uno de los dos instigadores de este encuentro, recordó que la primera edición en 2017 surgió de la inquietud, de una improvisación de un grupo de reporteros para leer sus propios textos en una dinámica que fraterna se tornó y que evolucionó a un encuentro”.

Por su parte Fortino Torrentera, otro de los dos organizadores de este evento de periodistas oaxaqueños, dio fe de que los participantes en este segundo encuentro son periodistas trabajadores, comprometidos y honestos con su oficio, perfiles que se ubicaron para hacer la invitación a los 19 comunicadores participantes.

Del anecdotario cultural al feminicidio

En primer bloque moderado por Torrentera, Soledad Jarquín Edgar; Premio Nacional de Periodismo, 2006, fundadora del portal feminista de información SEM MÉXICO, precursora del periodismo hecho por y para mujeres en el estado de Oaxaca y que hoy ¡Hoy exige justicia para Sol! dio inicio al intercambio.

La aguerrida periodista, compartió “Madre a los 12”, donde narra la ya institucionalizada violencia sexual que viven niñas y niños en comunidades indígenas, narrando el viacrucis de exigir justicia, de la dificultad del embarazo y el parto de una menor de edad en Santa Catartina Tayata, Tlaxiaco; justicia que hasta hoy no llega.

El segundo participante fue Renato Galicia Miguel, periodista antiguo colaborador de la sección cultural de El Financiero y actual Editor del Suplemento Cultural Cronos, impreso en el periódico Tiempo de Oaxaca. Maestro de nombrar a la verdad aunque solo le quieran mostrar una parte de ella, y quien en su propio y posterior resumen sobre el evento afirmó desconocer los criterios de Islas Brito y Torrentera para seleccionar a los participantes del Segundo Encuentro de Periodismo Narrativo oaxaqueño y también para denominarle así.

Aun así, poseedor de una fluida sintaxis y siendo un escrupuloso de la ortografía, Galicia nos deleitó con “Perdí un diente por culpa de Eusebio Ruvalcaba”, texto escrito tras la muerte del inconmensurable escritor, poeta, musicólogo, taurófilo y degustador del vino. Narración en la que se describe la humanidad y sapiencia del escritor mexicano autor de “El despojo soy yo” (Premio Internacional de Cuento Charles Bukowski 2004).

Un testimonio narrativo que pone en la piel del lector, el irrefrenable deseo de libertad y la congoja de la reclusión injusta, es el que desarrolló Pedro Matías Arrazola, corresponsal en Oaxaca del semanario Proceso y fundador del portal Pagina 3.

“Con el alma rota recobran su libertad dos zapotecos acusados de guerrilleros”, da cuenta del final del proceso judicial a Agustín y Fortino, dos indígenas Loxichas que estuvieron presos 20 años, acusados calumniosamente de ser miembros del Ejército Popular Revolucionario.

Rafaela Ortiz, catedrática e investigadora de la Universidad Mesoamericana, sede y coorganizadora del evento, comentó al final sentirse profundamente conmovida por los escritos periodísticos leídos por Jarquín, Galicia y Matías , los cuales daban cuenta de cómo el periodismo se ha convertido en un oficio peligroso tiempos en los que la sociedad necesita conocer desesperadamente la verdad de sus propias historias.

En el segundo bloque, moderado por Islas Brito, participó Ana Luisa Cantoral, colaboradora del portal Página 3 y quien gusta de explorar con mucha valentía temas de violencia de género.

Con el sólo título de esta crónica: Fiscal Vasconcelos confunde asesinatos de mujeres: “se mueren”, dice; Cantoral evidencia la intención minimizadora de las autoridades responsables de la justicia y seguridad en Oaxaca, acerca de la creciente ola de asesinatos a mujeres. La reportera pone acento feroz en la demagogia oficial respecto a la protección de las mujeres y los constantes e inacabables feminicidios que se registran en el estado frente a un Rubén Vasconcelos Méndez que sangre con sangre dice una y otra vez que casi no están pasando.

Tocó el turno de Rocío Flores, fundadora y colaboradora del portal Oaxaca Media, colaboradora del portal Animal Político y editora de noticias para ORO Radio, quien afirmó no creer en la denuncia en el periodismo, sino en los datos y en los hechos.

Sobre la mesa puso un tema que se haría recurrente en las intervenciones, la escandalosa violencia contra las mujeres en Oaxaca, al presentar la pieza “Las madres que lloran a sus hijas: las otras víctimas de feminicidios”. Con cifras irrefutables, Rocío recuerda que durante el gobierno de Gabino Cué en Oaxaca, 530 menores de edad quedaron en la orfandad por 582 feminicidios, de acuerdo con cifras oficiales. Y que en lo que va del gobierno de Alejandro Murat, unas 24 niñas y niños han quedado huérfanos por la misma razón, y sin recibir el apoyo integral al que está obligado por ley el Estado, denuncian familiares. A lo que la periodista dio el color del dolor que ha rodeado al martirio por el cual ha pasado Zoila Bengochea, mamá de Dafne de 20 años de edad asesinada en 2013 de siete puñaladas por su expareja.

Cerró este bloque, Luis Ignacio Velázquez, periodista con más de 25 años de experiencia en la fuente política y legislativa de Oaxaca. Actual corresponsal en el Congreso del Estado del Diario Noticias. De prosa beligerante donde nos existen las primeras impresiones.

Al cubrir una de las fuentes más proclives a la crónica como es la legislativa, Velásquez compartió “El congreso, la autocracia de Cesar”, en el que testimonia el desconocimiento y el despotismo reinante en la 63 Legislatura, de la que abre diciendo que hoy la 64 legislatura del estado de Oaxaca: “está bajo la potestad de un niño César, un Pontifex Maximus, un Pater Patriae, que no ve a sus compañeros como iguales, sino como súbditos a quienes solo puede tratar con desdén”.

En los comentarios posteriores de esta última mesa con el público, la única estudiante de comunicación asistente a los dos días de encuentro periodístico expresó a las y el periodista su inquietud por seguir su profesión. Rocío Flores le expresó que lo hiciera, que el periodismo es una vocación que se sigue porque no se puede hacer otra cosa, Luis Ignacio Velázquez le advirtió que el periodismo es también una  profesión de salarios siempre escasos y constante incertidumbre laboral. La joven estudiante ya no regresó al día siguiente.

Al finalizar el primer día del encuentro, el conductor de la emisión radiofónica Santa Cultura. Con más de treinta años de experiencia en la cobertura de la manifestación cultural y la tradición en Oaxaca, José Luis Pérez Cruz sustituyo su anunciada crónica “El señor que venció al rayo” por una titulada “Copa tras copa”.

Oda al trabajo fotográfico en cámara estenopeica que en algunos bares, cantinas y piqueras hizo la también reportera cultural Gina Mejía, con quien Pérez Cruz produce “Santa Cultura”. Después ante la ausencia de la reportera invitada Ivonne Mateo, quien no acudió al encuentro, llegó la prosa dura y compasiva de Silvia Chavela Rivas, alguna vez colaboradora del diario Noticias, reportera del portal Reporte Oaxaca y quien en su intervención anunció que apenas hace unos días había dejado de ser colaboradora de la radiodifusora Stereo Cristal, resultado de decisiones ejecutivas sobre las que una reportera no tiene nada que hacer.

“Las tumbas de piedra”, es un viaje narrativo que Chavela Rivas conduce a la localidad mixteca de San Pedro Nodón, donde sobrevive un cementerio prehispánico y la costumbre de enterrar a sus muertos cubiertos de piedra como su segunda piel, convirtiendo al panteón de ese poblado que hoy pertenece a Cuicatlán, como un escenario de un culto pétreo a la muerte.

Periodismo olvidado

Dentro de los comentarios e intercambios que público y periodistas tuvieron ese primer día destacó la intervención de Rocío Flores, quien consideró que la sección de cultura debía ser más considerada para los medios de información. A lo que  Renato Galicia había dicho una hora antes que la nota es lo más importante en el periodismo, un oficio que va sobre la retroalimentación , y no sobre la llana descalificación a la que el escritor y novelista chilango Juan Manuel Servín había reducido la realización del Segundo Encuentro días antes en redes sociales.

Asegurando que en Oaxaca no había periodistas que pudieran hacer un periodismo que se considere narrativo, pues cuando él vivió en esta ciudad no había encontrado ni un solo periodista oaxaqueño que se ofreciera a trabajar con él en sus proyectos editoriales. También nativo de la CdMx, Galicia despreció a aquellos foráneos que llegan a Oaxaca no con la intención de encontrar, sino con el ceño levantado de quien está seguro que no va a encontrar nada.

A lo que Fortino Torrentera consideró que en el caso de Oaxaca, la cultura debía ser una brújula como lo ha sido en los pueblos originarios, donde el sentido de la comunalidad sustenta la identidad cultural de estos, y que en las ciudades del estado se debe practicar con urgencia este intento de armonía social. “Hay que salir a los pueblos, a las regiones”, aconsejó Silvia Chavela, ponderando que esto llevara a conocer más de la realidad y la cultura de Oaxaca, para no confundir e identificar al estado solo con ocurrencias turísticas de ocasión o aparatosos espectáculos increíblemente monotemáticos.

Entre los asistentes a este encuentro, se en centraba el maestro Jaime Martínez Luna, que además de su conocimiento de la sociología, la antropología y la etnicidad, de ser seriamente en diferentes etapas de su vida, músico, precursor del radialismo indígena y un excelente amigo. es en especial 

Durante la charla con el público se destacó en la historia del periodismo a dos oaxaqueños trascendentales, en la época de la Independencia a Carlos María de Bustamante y en la Revolución Mexicana a Ricardo Flores Magón.

Una de las asistentes resaltó la importancia que tiene el periodismo narrativo al involucrarse con nuestros saberes y nuestra cotidianidad, en especial los trabajos que visualizan la violencia contra las mujeres. “Me llena de muchas esperanzas que estén rescatando historias dignas, que estén tendiendo a esto y deseo que su trabajo sea bien remunerado”, compartió al externar su apoyo a este encuentro periodístico.

Fortino Torrentera consideró que es importante cultivar el periodismo narrativo en cualquiera de sus géneros, sean estos crónica, nota de color, reportaje, ensayo, pues no sólo permite despegar la creatividad, sino que diversifica y profundiza en un hecho o personaje de interés para la sociedad.

Rocío Flores señaló que todo periodismo es narrativo porque narra algo, aunque es algo que en Oaxaca hace falta trabajarlo mucho, por lo que una buena redacción, un tema interesante será atractivo en cualquier plataforma donde se publique.

Respecto a la manera cómo enfrentar la censura que una de las asistentes preguntaba, la periodista respondió que cada periodista entiende distinto este fenómeno, dependiendo el nivel de censura que se pretenda, pero muchas veces se empieza con la autocensura como en las cabezas, los titulares.

En tanto, Luis Ignacio Velásquez, dijo que un periodista debe saber que toda empresa tiene una línea editorial, por lo que de antemano se sabe dónde se va a encontrar con la censura, aunque en la práctica es relativamente sencillo evitar la censura, trabajando con cuidado la redacción, las palabras o la intención.

Por su parte, Antonio Mundaca, en un adelanto de lo que iba a ser su intervención al día siguiente, estimó que la crisis no está en los periodistas, sino en los medios de comunicación. Pues estos dejaron de pensar en su función principal y se dedicaron más al negocio.

“Por lo tanto el futuro está en los periodistas, pues en la actualidad la gente ya no cree en las empresas y empieza a seguir a periodistas como fuentes de su predilección” dijo el periodista de la región de la Cuenca. Frente a lo cual, agregó que “el periodismo tiene muchos retos y ha empezado ya su especialización. Además que ahora se requieren otros recursos como el periodismo de datos, las infografías, los metadatos y etcétera por venir”.

Segundo Día, entre la migración y la violencia

Rodrigo Islas Brito moderó el primer bloque de la segunda jornada del Segundo Encuentro de Periodismo Narrativo, Oaxaca 2019, que se realizó en la Universidad Mesoamericana los días 14 y 15 de mayo, presentando a la colaboradora del diario Noticias, Nadia Altamirano, poseedora de una prosa periodística precisa que complementa con gran fuerza el espectro de los datos y las estadísticas con el mundo de las emociones y las consecuencias.

Con una minuciosa descripción que pone al lector como testigo de un viacrucis de fondos y condiciones, Altamirano, en “Keily, con un corazón que dejó de latir 32 minutos”, relata la cirugía a corazón abierto de una pequeña de cuatro años de edad en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña “Dr. Guillermo Zárate Mijangos”.

Vino entonces Flor Hernández, directora y colaborada de Newsweek, Oaxaca, versátil siempre en los temas e inquietudes periodísticas en su trabajo. También ha publicado libros de relato y poesía.

En “Quialana, el pueblo migrante de las mujeres con pañoleta”, Flor Hernández se va más allá de los colores, olores y sabores que distinguen a las mujeres de San Bartolomé Quialana, Tlacolula, acercándonos a una realidad que se debate entre la identidad y la subsistencia.

Después vino el trabajo que probablemente haya sido el periodísticamente más agudo de los que se presentó en el encuentro, “El cuerno de la pólvora” de Antonio Mundaca, periodista cuasi tuxtepecano, Premio Estatal de Periodismo en Derechos Humanos 2017. Reportero en Pagina 3 y director del proyecto informativo El Muromx.

Al reconocer que el esfuerzo organizativo de este encuentro permitió el intercambiar materiales, pero también entablar un diálogo de camaradería, Mundaca comentó que el nombre de su trabajo obedece a la zona norte de la cuenca en forma de cuerno y que por un tiempo le llamaban “El cuerno de la abundancia” por una prosperidad que hoy está bañada en sangre y dominada por el crimen organizado.

En una crónica-reportaje que quita el aliento, Mundaca describe la manera temeraria en que el hampa se ha apoderado de la región de la Cuenca de Oaxaca desmembrando voluntades y familias, todo con la complicidad de fuerzas policiacas y el encubrimiento de funcionarios y políticos de la región, como el caso del exgobernador veracruzano Fidel Herrera.

Para el segundo bloque que moderó Fortino Torrentera, presentó a Juan Carlos Zavala, un periodista de solvencia narrativa y desafiante sintaxis entre la relación existente entre los datos duros y sus diferentes aristas. Fundador del portal informativo Estado 20 y actual colaborador de El Universal, Oaxaca

Con la pieza “Todo por no complacer una canción”, relata los aciagos momentos en que fueron atacados los integrantes de la Banda Tierra Mojada, donde fue asesinado su director, Virgilio Ruiz García, por un hecho tan insignificante como no haber tocado una canción que les pedían.

Lisbeth Mejía, tenaz periodista cultural y actual colaboradora del diario El Imparcial. Quien gusta de hacer preguntas arriesgadas que siempre llevan a una segunda reflexión, ofreció: “Antonio Turok: si no te apellidas López, no eres pueblo”, crónica en torno al reconocido fotógrafo, quien muestra su rostro humano y mediante un juego de ideas y palabras, revela una faceta distinta de este artista de la lente.

Ante la etiqueta de periodista cultural con el que la habían presentado, la joven Mejía quiso dejar patente que lo suyo era ser periodista a secas. A lo que vino la participación de la también periodista a raudas Jazmín Gómez, actual colaboradora del portal Primera Línea, quien en su trabajo se conjuga una gran precisión de recursos lo mismo que una convicción por hacer del escudriño permanente una manera de contar el mundo.

Un ejemplo de la crónica legislativa actual es la que Jazmín logra en “¡Hey tú pendejo, pon el sonido!, espetó Gustavo Díaz… crónica del desaseo legislativo en San Raymundo Jalpan” relato que cobra importancia por la expresión déspota de un diputado en una de la sesiones, que demuestra el nivel de educación y preparación de nuestros representantes legales.

En el último bloque, Rodrigo Islas Brito dio la palabra a Miguel Ángel Maya Alonso, actual colaborador del portal noticioso CIO Información. Rebelde en sus métodos y convencido de una prosa que conmueva al mismo tiempo que informe.

En la crónica “Noche de muerte en Jamiltepec, Oaxaca; un monstruo cayó del cielo”, el periodista rememora la fatídica noche en que se desplomó un helicóptero en el que viajaba el gobernador Alejandro Murat y el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida y que dejó como saldo de 14 muertos y 13 lesionados, describiendo la dantesca escena y las secuelas de este extraño y hasta ahora no del todo aclarado accidente.

Vino la participación del articulista, periodista y tallerista de cualquier narrativa que conduzca a un sentimiento, Kurt William Hackbart, de origen estadounidense con más de veinte años de vivir en Oaxaca y responsable del esfuerzo noticioso Mex Elect, que se concentra en explicar a México a través de una traducción precisa.

Compartió “Bitácora mexicana #2: El Norte” crónica de su travesía en la frontera norte, donde a través de una rica prosa, logra recrear el ambiente en la cosmopolita Tijuana, poniendo en el centro de su narración la relación migratoria llena de decibeles de alta impunidad con el vecino país,

Continuó Diana Manzo, corresponsal en Oaxaca del portal Aristegui Noticias y colaboradora del diario La Jornada. Ha ganado premios de periodismo cultural y de derechos humanos. Férrea y cabal representante del periodismo que nos cuenta el Istmo de Tehuantepec quien gusta de acercarse a las historias con la lupa de un fandango.

Con la pieza periodística “Dejó de ser niño, para emprender su sueño: Henry Aldair, migrante”, dio continuidad al tema migratorio, para narrar la historia de este pequeño hondureño de 13 años que viajaba solo por México para cumplir su sueño que no es ser un profesionista, sino un exitoso peluquero o un mecánico de autos para ayudar a sus padres”.

Para cerrar las participaciones en este segundo encuentro, Rodrigo Islas, leyó su trabajo titulado: “Justicia para Sol, Oaxaca en la encrucijada”, donde pone en evidencia la sospechosa lentitud e ineficiencia en el aparato de justicia en torno al caso de la fotorreportera, María del Sol Cruz Jarquín, hija la periodista Soledad Jarquín Edgar, asesinada en Juchitán el dos de junio del año pasado, sin que hasta la fecha haya un detenido y las investigaciones se encuentren congeladas.

Unidad, el reto de los periodistas

Durante la sesiones de preguntas y respuestas, Fortino Torrentera reconoció la labor periodística de Antonio Mundaca y conminó a los presentes a mantenerse más unidos a través de un protocolo de respaldo, dándole seguimiento a su trabajo y a su integridad.

Mundaca comentó que en la región de la Cuenca hace dos años no pensaban que la violencia y sometimiento del crimen organizado para con los periodistas cruzara el río que los divide con Veracruz, y que hoy lo ha hecho.

Situación en la que dijo parece encontrarse hoy la Ciudad de Oaxaca, la cual se ha mantenido como una especie de isla en medio de un territorio tomado por el crimen, y de la que según Mundaca  empiezan a darse ya señales informativa de que esto no está pasando más.

El periodista subrayó que hoy más que nunca es importante que el periodismo sirva para informar y advertir a la sociedad, pues de lo contrario se normaliza la violencia, pues las zonas de silencio se convierten en infiernos cómplices de control del crimen que ya se está registrando abiertamente en el norte de la región de la Cuenca en sintonía con la que desde hace décadas persiste en el estado de Veracruz, a pesar de que el gobernador de Oaxaca diga otra cosa.

“El gobernador solo gobierna para el centro de la ciudad de Oaxaca y párale de contar”, dijo el periodista Mundaca. A lo que en opinión de uno de los presentes, la iniciativa de reunir las experiencias de los periodistas en Oaxaca a través de la narrativa es loable, pero necesaria de ser ampliada para que la población que lee poco sobre trabajos periodísticos esté más informada y se adentre en temas que definen y seguirán definiendo sus destinos.

Señaló que es vital que la población esté informada y que mejor que a través de una prosa poética, por lo cual es prioritario continuar con el esfuerzo de impulsar el periodismo narrativo y saber cómo incidir ya sea en políticas públicas o en el acompañamiento de la sociedad a los periodistas.

Por su parte, Flor Hernández apuntó: “El periodista actualmente se encuentra entre muchos fuegos; por un parte la situación del narcotráfico que está en todos lados; también están las autoridades y sus muchas cabezas que pueden estar de acuerdo o no con lo que se escribe, te amenazan”. Entonces, con voz serena, la periodista dijo algo que puso a pensar a más de uno de los presentes: “Creo que una nota, una información, aunque sea la mejor, no vale la vida”.

“Por sobre todas las cosas, los periodistas tiene que conservar la vida para seguir contando lo que está pasando en tu estado, en tu país, por ello es importante el respaldo social, porque de pronto nos hemos olvidado que existe la gente y escribimos por determinado suceso o para cualquier personaje, pero lo importante es que tengamos ese diálogo con la sociedad, ya que en la medida que tengamos mayor acercamiento, será más difícil que nos agredan”, estableció Flor Hernández.

Karen Rojas, periodista también responsable de El Muromx, desde el público, ilustró: “Es de agradecerse este espacio que nos permite acercarnos más entre el gremio, porque además hay pocos espacios para el periodismo narrativo, no digamos en Oaxaca, sino a nivel nacional”.

“Me da mucho gusto que estemos como descubriendo, que estemos dialogando, poniéndonos de acuerdo de cómo entrarle a esta nueva manera de contar las cosas, pues uno de los objetivos del periodismo es platicar con la gente y justamente el periodismo narrativo permite acercarte para entablar ese diálogo”

“Entrarle al periodismo narrativo, realmente nos representa un reto, pero también nos representa una oportunidad importante para tender ese puente entre la gente y el periodismo que está como fracturado porque hemos estado haciendo periodismo ligado al poder, pues la otra forma no vende, no funciona, no es cómoda”, patentó Rojas.

A lo que Nadia Altamirano criticó a los medios de comunicación por no diversificar su información y olvidarse que el periodismo debe ser útil, sobre todo socialmente, para que los periodistas sean valorados, para no hacer periodismo de whatsapp o telefónico en lugar de recurrir directamente a los hechos o las fuentes para observar y constatar.

Al final de la última mesa, Lisbeth Mejía aportó: “lejos de las cifras que leemos en las notas, hay personas que están sufriendo y la posibilidad de ver en esas miradas, en esas historias sobre lo que le ocurre, da cuenta que no sólo es la nota dura, sino que existe la posibilidad de conocer otras aristas y quizás lograr la empatía de la sociedad, de los lectores”.

Pedro Matías preguntó a los panelistas del último bloque del Encuentro si sus trabajos presentados habían sido una asignación del medio o fue por iniciativa propia, a lo que Diana Manzo respondió que fue por su interés en el tema, “de hecho esto no lo publicó La Jornada, pero yo lo quise hacer porque hablamos mucho de cifras, de migrantes, pero mi idea fue hacer conciencia en que cada chico trae una historia”.

Miguel Ángel Maya Alonso, comentó: “Fui a la cobertura del sismo en la Costa cuando sobrevino el accidente del cual supe y decidimos ir sin que nos lo hayan pedido en el medio y cuando llegas ves, sientes, lloras, pero me puse a escribir en mi celular, lo mandé a las 3 de la mañana y a las 8 ya estaba en la web”.

Kurt William Hackbart aclaró que su crónica es parte de una serie de tres -sobre el sur, norte y centro del país- que se publican en la revista Global, pero destacó “el hecho de generar empatía que es hablar más allá de los datos duros y hablar de la historia humana, lo cual va a nuestros sentidos sin sentimentalismo y crear empatía con el lector y también con uno mismo como periodista.

Rodrigo Islas Brito comentó que la iniciativa de este encuentro surgió en la Librería Mompracen hace dos años por el gusto de reunir y convivir con el trabajo narrativo, pero consideró que este tipo de esfuerzos pone de manifiesto que el periodismo se queda en un tipo de lucha de intereses no sólo de periodista, sino también de los mismos lectores, que dejan atrás la autocrítica y deciden que lo suyo es defender sus personales trincheras a ultranza.

“Con este acto se busca resignificar ese sentido de reunirse y reconocerse, aunque hubieron voces que cuestionaron la existencia el periodismo en Oaxaca, voces que vienen de la arrogancia, de la ignorancia, de gritar por cosas que no convaliden los gurúes”, dijo el actual colaborador de Tres Grados Streaming y Tres Grados News.

Tras leer Islas Brito su texto exigiendo justicia para Sol, Miguel Ángel Maya Alonso dijo que frente a esas agresiones y amenazas “debemos estar juntos para poder seguir diciendo la verdad; en tanto José Luis Pérez, deseó que para la próxima edición estén más estudiantes de comunicación, pues son generaciones que traerán nuevos bríos al periodismo, a las nuevas formas de hacerlo.

Se acordó mantener la comunicación entre los participantes y buscar formas de protección, donde se deben considerar a reporteros de la sección policiaca que hoy más que nunca tienen un alto riesgo en su trabajo. Fortino Torrentera advirtió que la pretendida Ley de Protección a Periodistas de la cual se encuentran atoradas más de 10 iniciativas en el Congreso local; la minimización oficial sobre los casos de amenaza y violencia a comunicadores; la inocencia del Sistema de Protección a Periodistas, entre otros factores, hace necesario que el gremio tome sus medidas.

“Tenemos que cerrar filas entre nosotros, aquí hay buenas plumas, honestas, trabajadores, por lo que tenemos que crear una especie de protocolo que nos permita cuidarnos y respaldarnos entre nosotros”.

Para afinar la convivencia, algunos participantes procedieron al final a tomarse una cerveza a Los Cocos, donde tras intercambiar impresiones del evento, cabe mencionar algunas aportaciones valiosas; siendo una de ellas, la necesidad de difundir más el arte de narrar en el periodismo.

Mientras se recordaban las palabras de Rocío Flores quien en el Encuentro asegurara que el periodismo se debe ejercer con pasión, Jazmín Gómez repuso: “Si, pero con la pasión no comes”, ganando el consenso que vivir del periodismo es difícil, pero que junto a la pasión, hay también un compromiso con la sociedad de acercarles la información.

Al final se dejó de manifiesto entre las y los periodistas oaxaqueños que resulta necesario implementar medidas de seguridad entre quienes ejercen el periodismo con mayor compromiso y trascendencia social, pero sobre todo mantenerse unidos tanto en la formación profesional como en la convivencia gremial.

Tras las quejas y lamentaciones compartidas entre las y los periodistas presentes sobre la precaria situación laboral en la que llevan a cabo su labor, con notas pagadas a 30 pesos y medios de comunicación cerrando y quebrando por todas partes, se empezaron a destacar otras opciones de vida y oficio, como tratar de poner un negocio o pedir chamba de lo que sea en una oficina de comunicación social, a lo que  la periodista Silvia Chavela Rivas definió el momento y de paso  el Segundo Encuentro de Periodismo Narrativo con una premisa básica y ciertamente inevitable: “Es que yo no sé hacer otra cosa”.

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