Tokio, Japón.- La ceremonia de 30 minutos vio a Naruhito subir al trono con dosel de 21 pies de altura para dar un discurso y recibir tres aplausos «banzai» de la audiencia, deseándole un largo reinado.
«Tras haber heredado precedentemente el trono en virtud de la Constitución y de la ley de la Casa Imperial (…), al país y al mundo, proclamo mi entronización», declaró Naruhito, junto a la emperatriz Masako, vestidos ambos con atuendos tradicionales reservados a este ritual.
«Prometo aquí que rezaré siempre para la felicidad del pueblo japonés y la paz mundial», añadió. También se comprometió a permanecer «al lado de la población para cumplir (sus) obligaciones de símbolo de la nación y de la unidad del pueblo de Japón».
Al ritmo de gongs y de tambores, la ceremonia se llevó a cabo en la «sala de los Pinos» del palacio imperial, en presencia de la familia imperial.
Japan’s Emperor Naruhito has ascended to the throne in an ancient ceremony attended by world leaders.
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Poco antes de este ritual, se celebró una primera ceremonia a puerta cerrada regida por los ritos sintoístas. En ella Naruhito, ataviado con una túnica blanca de mangas holgadas y tocado con un gorro negro coronado por una cresta, «informó» a sus antepasados imperiales de su entronización.
Akihito estableció el rumbo en 1969, durante su propia coronación, cuando dijo: «Constitucionalmente … sería mejor que los miembros de la familia imperial fueran robots», y agregó que no tenía intención de convertirse en un mascarón de proa.
Con información de AFP