Oaxaca.-El ganador del Premio Right Livelihood Francisco Toledo falleció ayer a los 79 años. Fue uno de los pintores, escultores y ceramistas más importantes de México, así como un destacado defensor del patrimonio, el ambiente, la cultura local y las lenguas zapotecas.
Debido a su activismo, sufrió agresiones y amenazas de muerte varias veces a lo largo de su vida, incluso siendo un artista de renombre internacional. Apoyó enérgicamente la reforma agraria, los reclamos estudiantiles e indígenas y las tradiciones oaxaqueñas y mexicanas. Sus protestas incluyeron la resistencia a la instalación de la famosa cadena de comidas rápidas hasta la expansión del maíz genéticamente modificado.
“Por dedicar su tiempo y arte a la protección y valorización del patrimonio, el ambiente y la vida comunitaria de su tierra natal”, Francisco Toledo fue reconocido con el Premio Right Livelihood Honorario en 2005.
Como nunca le gustaron las celebraciones, fue la mayor de sus cinco hijos quien viajó a Estocolmo para recibir el premio en su nombre. “Fue una experiencia muy agradable para mí porque conocí a personas maravillosas que hacían muchas cosas desde cada uno de sus lugares. Mientras que algunas personas solo viven sus vidas, otras están salvando el mundo. En muchos lados, hay personas muy conscientes que velan por todos. Uno de ellos era mi papá”, dijo Natalia Toledo.
Francisco Toledo fue un incansable promotor, patrocinador y difusor de los valores culturales que fundó en Oaxaca valiosas instituciones artísticas y culturales. En 2014, después de la desaparición forzada de estudiantes en Ayotzinapa, Toledo dio renovada visibilidad al desesperado reclamo por la aparición de los normalistas: colocó los rostros de cada uno de los 43 jóvenes en papalotes (cometas) que elevó con los niños de la escuela primaria: “Los estamos buscando desde el cielo”, expresó entonces.
“Siempre fue un hombre muy activo. Ha sido así desde que lo conozco. No conocía la palabra vacaciones. Se involucró en tantas cosas, siempre corriendo, era difícil alcanzarlo”, describió Natalia Toledo.
Cuando cumplió 75 años, Francisco Toledo le dijo a la Fundación Right Livelihood que se iría de Oaxaca el día de su cumpleaños para evitar los festejos. Si fuera por él, ni siquiera asistiría a su propio funeral. Mirar su camino y seguir sus pasos en la preservación de la riqueza y diversidad local es la mejor manera de honrar su vida.