Ciudad de Mèxico.- Cestas con mazorcas, flores blancas, parte de su obra plástica, así como música y canto en lenguas indígenas, recibieron a las personas que acudieron al Palacio de Bellas Artes a recordar al artista plástico Francisco Toledo, fallecido el día de ayer en la ciudad de Oaxaca.

Laura Elena Ramírez Rasgado, subdirectora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), dio la bienvenida a los visitantes en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, donde expresó que se abrió este espacio para recordar al gran pintor, humanista, artista y mexicano Francisco Toledo, internacionalmente reconocido.

Con flores en la mano rindieron tributo, jóvenes y adultos que llegaron al Palacio de Bellas Artes, para después escribir algunas líneas en libretas abiertas para expresar su sentir ante la partida de uno de los mayores artistas que ha dado México.

La Secretaría de Cultura y el INBAL hicieron el llamado a recordar en este recinto emblemático de la cultura al maestro Toledo donde se muestran sus obras como ofrenda artística.

Notas musicales con letras en zapoteco, interpretadas por el Coro de Madrigalistas del INBAL, se escucharon mientras volaban las notas del piano interpretado por Carlos Aransay, en torno al andar de mujeres, hombres y jóvenes que se detenían a admirar las obras de Toledo, al centro del imponente palacio de mármol.

La función del mago, Laberinto para llegar a Lachixopa, Noche y pájaro, Flores marinas, obras procedentes del acervo del Museo de Arte Moderno, acompañaron la visita de quienes se quedaron con un fragmento de los universos creados por su autor que deja una obra abierta al infinito.

El rey de las monas y El asno en la piel del león, pertenecientes al acervo del Museo Nacional de la Estampa del INBAL, circundaron también el breve recorrido que las personas hacían bajo la cúpula del Palacio de Bellas Artes, para quedarse con una imagen, un trazo, una sombra y una luz gestada por el defensor de la vida y la naturaleza.

Francisco Toledo falleció en su tierra natal, donde jugó con colores, formas texturas, volúmenes y seres fantásticos que habitan su inmensa obra.

Incansable promotor de la cultura mexicana, creador de proyectos vanguardistas, fundó universos con vitalidad y creatividad vinculada al mito, a la magia, a las raíces mexicanas.

Se nos fue un gran artista, que puso el nombre de México en alto, dijo la señora Estela Méndez. “Perdimos a uno de los más grandes de la plástica mexicana, un hombre bueno y tranquilo”, señaló Raúl Navarro.

“Me quedo con tus papalotes, con tus gatos, tu geometría, tu serie de Pinocho, tus insectos que parecían multiplicarse, con tu afán por sembrar, por proteger, por hacer de México un país en progreso”, escribió una mujer madura que escondía su llanto.  

Hugo López comentó: Fue un gran artista que además apoyó a muchos otros artistas y artesanos. “Ojalá que continúen sus proyectos”, expresó Marisa Serrano,

Mientras tanto, las libretas se llenaban con pensamientos escritos en torno al artista, a su obra y a su generosa persona. “Nos dejas un gran legado artístico y social”, escribió Rodrigo García.

“Gracias por esas grandes obras”, se leía también en el libro, abierto a quienes desearan plasmar una breve frase dedicada al artista que entregó su vida al arte, a la acción, a levantar su voz por los demás. A mejorar nuestro mundo.