Participaron en esta mesa Marina Azahua, Gladys Tzul Tzul y Zaira Hipólito, quienes hablaron desde sus experiencias comunitarias la forma en que han vivido estas situaciones.

Tzul Tzul, originaria de Guatemala, apuntó que la defensa de la tierra por parte de las mujeres es una situación basada en que ellas son la estructura fundamental de la reproducción de la vida. “No están solamente en la defensa de la tierra, son ellas las que la conservan y reproducen. Cuando se toca la tierra se toca la vida”, aseveró. Recordó también la capacidad de los pueblos originarios para enunciar y enfrentar los problemas.
 

               
Azahua por su parte abonó diciendo que la defensa cobra importancia dada que al territorio está ligada la identidad de numerosos grupos humanos. “Hay un tipo de conocimiento que no viene de los libros, sino que está ligado, situado en un lugar”. Habló además sobre la necesidad no sólo de conservar, sino de reactivar la tierra luego de una situación de muerte. Ejemplificó con los colectivos de búsqueda de desaparecidos, donde son las mujeres quienes tiene la mayor participación, sobre todo las madres.
               
Hipólito, originaria de Oaxaca, visibilizó como los niños con los que actualmente trabaja en su comunidad, ya no conocen siquiera los nombres de los parajes importantes de los alrededores.  Apuntó además que en muchas poblaciones son las mujeres quienes son las dueñas de la tierra, pese a que los hombres ostentan la titularidad.
 

               
Esta serie de reflexiones sobre el papel de las mujeres en la defensa de la tierra formó parte del programa Escrituras para reinventar la vida, el cual consta de mesas y actividades donde se abordan temas de interés general desde la perspectiva femenina, como parte de la 39 FILO.