Oaxaca.-El proyecto de las “Zonas Económicas Especiales” (ZEE) arrancado en 2016 por el asesino de Atenco y usurpador presidencial, Enrique Peña Nieto, concluyó, como el resto de los “proyectos emblemáticos” de su espuriato, en saqueo de recursos millonarios y fracaso rotundo en términos de los objetivos planteados.
Fue en 2014 cuando Peña anunció la creación de las tres ZEE en el sureste del país, aunque oficialmente arrancó el proyecto en 2016 con la promulgación de la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales.
Hasta 2018, Peña declaró al menos siete zonas de este tipo e inyectó recursos públicos que ascendieron a 2 MIL 354 MILLONES DE PESOS. No obstante, las zonas supuestamente beneficiadas –Salinas Cruz, Oaxaca; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Coatzacoalcos, Veracruz; Puerto Chiapas, Chiapas; Progreso, Yucatán, Tabasco y Campeche–, nunca vieron desarrollo de infraestructura, inversiones, empleos ni alguna otra de las promesas del fracasado proyecto peñista. Por ello, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó ayer que no dará continuidad a las ZEE del pasado espuriato, debido a que sólo representaron negocios mal habidos sin beneficio alguno para el país o las regiones involucradas.
“Era para supuestamente ayudar, pero nunca hicieron nada por ayudar; hicieron negocios, compraron terrenos y derrocharon recursos. No se benefició en nada”, denunció el tabasqueño en su conferencia matutina de ayer viernes.
En efecto, de acuerdo con José Luis de la Cruz, director del Instituto de Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (Idic), las ZEE en realidad recibieron “poco dinero porque en otras zonas económicas del mundo se han destinado recursos del orden de entre 5 mil y 10 mil millones de dólares al año para desarrollar la infraestructura necesaria y atraer inversión de empresas, educación y una serie de elementos que no estuvieron presentes.”
El experto opinó que una ZEE “requiere cantidades de inversión en infraestructura que no se dieron. Además, las empresas buscan estabilidad, paz social, Estado de derecho y una infraestructura que le permita desplazar sus productos e instalar sus empresas, además de capital humano que tenga un nivel técnico universitario, elementos que no existen en la mayoría de las entidades en donde se pretendía establecer las zonas.
”Por su parte, Fernando Gómez Zaldívar, investigador del Tecnológico de Monterrey, destacó que “alrededor de la mayoría de las zonas no existe mayor infraestructura ni de servicios, ni carretea, ni de ferrocarriles, y tampoco existen las capacidades productivas que tiene que ver con la mano de obra para poder desarrollar las actividades”.
En su momento, el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras) estimó que se requería una inversión de 114 mil 822 millones de pesos en un periodo de hasta 10 años, para llevar a cabo al menos 140 proyectos necesarios para mejorar las condiciones de las diversas regiones, pero el régimen de Peña prefirió gastar más en publicidad gubernamental.
Así, los 2 mil 354.2 millones derrochados representaron un 20 por ciento del monto anual que el asesino de Atenco erogaba anualmente para promoverse en medios, enriqueciendo principalmente a Televisa, TV Azteca y otros medios vendidos.
Dinero público a manos llenas que acabó tirado a la basura, o lo que es lo mismo, en los bolsillos de empresarios rateros y vividores, mientras las poblaciones se quedaron esperando los “beneficios prometidos”.
Lamentablemente, el pueblo sigue inmóvil y esperando milagros de un falso mesías, en lugar de reaccionar pacífica pero enérgicamente para rescatar y transformar en serio a México.
Con información de Economía Hoy