Oaxaca.-La Secretaría de Cultura federal se manifestó en contra del uso que hizo la marca Carolina Herrera en su colección RESORT 2020, de los bordados de la comunidad de Tenango de Doria, Hidalgo; los bordados del Istmo de Tehuantepec, y la incorporación del «sarape de Saltillo», y exigió a la reconocida diseñadora de modas y a Wes Gordon, director creativo y responsable de la colección, que expliquen «públicamente con qué fundamentos decidieron hacer uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades portadoras».
A través de una carta que fue enviada el 10 de junio a Carolina Herrera, fundadora de la marca que lleva su nombre, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, aseguró que comprende el «impacto global» de la empresa dedicada a la industria de la moda, mundialmente conocida, pero aseguró que a nivel global se lleva a cabo una amplia discusión sobre los derechos culturales de los pueblos indígenas y la participación de las comunidades en la preservación de su legado cultural e identitario.
«En la colección RESORT 2020 aparecen manifestaciones que pertenecen a comunidades específicas de nuestro país.
Tal es el caso de los modelos 8 y 23, cuyo bordado proviene de la comunidad de Tenango de Doria, Hidalgo; en estos bordados se encuentra la historia misma de la comunidad, y cada elemento tiene un significado personal, familiar y comunitario.
Los modelos 11 y 13, por su parte, incorporan bordados del Istmo de Tehuantepec, que le dan identidad a las mujeres de la región», se lee en la misiva.
Además, señala que los modelos 14 y 16 incorporan el “sarape Saltillo”, y apunta que en la historia de este sarape encontramos el recorrido del pueblo de Tlaxcala para la fundación del norte del país.
«Apelando a la responsabilidad social y al prestigio internacional que los precede, solicito a usted, Sra. Carolina Herrera, como fundadora de la marca, y al Sr. Wes Gordon, como director creativo y quien encabeza la colección, que expliquen públicamente con qué fundamentos decidieron hacer uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades portadoras», escribió la secretaria de Estado.
Para la titular de la Secretaria de Cultura se trata de un principio de consideración ética que, local y globalmente, los obliga a «hacer un llamado de atención» y poner en la mesa de la discusión pública «un tema impostergable en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible de la ONU: promover la inclusión y hacer visibles a los invisibles».
Finalmente, Frausto sostuvo que «este acto de apropiación de la firma» es ejemplo de cómo los pueblos originarios «son clave en el desarrollo de la sociedad global».
Con información de BajoPalabra