El organismo explicó que el testaferro, también conocido como prestanombres, es aquel individuo que finge realizar transacciones financieras por cuenta propia asumiendo las obligaciones como si fueran suyas, pero el dinero es para otra persona.
“Antes de aceptar ser testaferro de alguien es importante que conozca los riesgos que implican estas acciones”, advirtió en su publicación Consejos para tu Bolsillo.
Las transacciones más comunes donde la gente presta su nombre son abrir cuentas bancarias; aceptar depósitos para otras personas; aparecer como el titular de una tarjeta de crédito que usa otra persona, y aparecer como dueño de bienes muebles, inmuebles o empresas de un tercero.
Mejor, ¡piénsalo dos veces!, aconsejó la Condusef, ya que, aunque no lo parezca, ser prestanombres puede traer consecuencias graves, como ser acusado de cómplice en diversos delitos fiscales o fraudes.
Sin importar que tan imposible parezca, dijo, debes tener cuidado pues podrías estar ayudando a delincuentes a realizar actos tipificados como graves, como lavado de dinero, evasión de impuestos, actos de corrupción o fraude fiscal.
Además se corre el riesgo de robo de identidad y se puede adquirir endeudamientos ajenos a la voluntad, alertó.
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