Salvador Hernández.
Oaxaca.-Se acercaba el día de la marcha feminista. “Todas o Ninguna”, chequé el WhatsApp, concretamente el grupo los “Izquierdistas Incluyentes” I.I (por sus siglas en español).
Les propuse reunirnos en un lugar “equis” para asistir en bloque a la caminata. Guadalupe Reyes, señaló que no podía asistir, porque tenía que cuidar a su madre. Lupe, como le decimos, añadía que la protesta estaba financiada por “La Antorcha del Niño de las Trincheras”, grupo de ultraizquierdafinanciado por la ultraderecha-, que querían tumbar a “Pepe el Bueno”, -para diferenciarlo de “Pepe el Malo”, José Mortero.
El expresidente neoliberal. Por su parte, Mauricio Margarito, conocido en el bajo mundo como “La Mau-Mau”, recalcaba que las feminazis odiaban al ungido, “Su violencia rayaba en la criminalidad-decía-. Algo que “ni los sátrapas de Emiliano Zapata habían hecho. Lanzar pintura roja en la puerta de la Catedral Metropolitana. Además, de plasmar con pintura negra ´Pedófilos asesinos”.
Los demás, señalaban desaforados, que “Pepe el Legítimo”, no iba a caer en la trampa-ni ellos tampoco-, aunque por “si las moscas” iba a mandar a la guardia militar.
Cuando iban como veinte comentarios, todos en contra de las féminas, opté por dar un clic en vaciar chat.
Terminé de leer un poema de Charles Bukowsky, y me tomé lo que quedaba de mezcal en un vaso de veladora de la “Santísima Trinidad”. * De la colección “Poetas de la calle”. De la editorial “Papeles Reciclados”.