Oaxaca.- La pandemia por COVID-19 dejó sin oportunidades laborales a 23 millones de mujeres y hombres en el mundo, quienes quedaron en situación de inactividad y dejaron de buscar una ocupación, de acuerdo con el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “Panorama Laboral 2020. América Latina y el Caribe”.
La situación fue más marcada para las mujeres, quienes por la carga de trabajo no remunerado en los hogares y la discriminación, se incorporan a cuentagotas a los mercados de trabajo. Durante este año las tasas de participación de las mujeres en la fuerza laboral disminuyeron 10.4 por ciento, mientras que en los hombres la disminución fue de 7.4 por ciento, cuando en 2015 fue de 49.7 puntos porcentuales. La cifra aumentó año con año hasta llegar a 51.4 puntos porcentuales en 2019; no obstante, para el primer trimestre de 2020, la tasa fue de 46.4 puntos porcentuales, como puede observarse en esta tabla.
“Este retroceso de la participación femenina es significativo considerando los avances que se observaron en la participación de las mujeres en los mercados laborales de la región en las últimas décadas. Además, el retorno de las mujeres a la fuerza laboral en el corto y mediano plazos estará fuertemente condicionado, entre otros factores, por la oportuna provisión de sistemas de cuidados (niñez, personas enfermas y adultas mayores) y por el retorno presencial del sistema escolar”, señaló el organismo en el informe.
De acuerdo con la OIT, el impacto de la crisis sanitaria también fue mayor en la tasa de ocupación de las mujeres, ya que para ellas decayó 12.3 por ciento mientras que en la de los hombres la disminución fue de 9.3 por ciento; y se produjo un aumento similar de la tasa de desocupación de los hombres y mujeres.
El COVID-19 fue “un contexto en que se perdieron puestos de trabajo en los sectores de servicios con alto componente de feminización”, explicó el organismo.
“Desde una perspectiva de mediano plazo, la crisis sanitaria en 2020 ha tenido un impacto aún más significativo en el desempeño de los indicadores laborales de las mujeres”, detalló la OIT. Entre 2015 y 2019 las tasas de participación y ocupación femenina crecieron 1.8 puntos porcentuales. y 0.8 puntos porcentuales, respectivamente.
“Es decir, previo a la crisis sanitaria, lo que había sostenido a la participación y ocupación regional ha sido la incorporación de las mujeres en el mercado laboral. Por la pandemia, este proceso claramente enfrenta un retroceso, cuyas consecuencias pueden extenderse más allá de la crisis sanitaria sin el debido soporte de los sistemas públicos de cuidados y el sistema escolar presencial, que faciliten el retorno de las mujeres al mercado laboral”.
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