Oaxaca.-La visibilización de los afrodescendientes, del racismo y la segregación a la que han sido sometidos, así como el aumento de la conciencia racial y étnica, sobre todo entre los jóvenes, así como la visibilidad política en algunos escenarios institucionales, son algunos de los logros obtenidos con la declaratoria del Decenio Internacional para los Afrodescendientes 2015-2024, sin embargo, quedan tareas pendientes frente al inicio de la segunda mitad de este ciclo.
Como parte de las actividades de la XXXI Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se llevó a cabo el XVI Coloquio Africanías, con el análisis de dicho programa de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como tema central.
En la primera mesa del encuentro académico, “Lo que hemos logrado y lo que aún nos hace falta: perspectivas internacionales”, transmitida por el canal de INAH TV en YouTube, el integrante del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CEDR), Pastor Elías Murillo, destacó la importancia de tal declaratoria en el avance hacia el reconocimiento, la justicia y el desarrollo de los afrodescendientes.
En la charla, desarrollada como parte de la campaña de difusión “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura, el activista colombiano comentó que los logros también se pueden constatar con el surgimiento o consolidación de una suerte de arquitectura institucional y jurídica en el concierto internacional, en las instituciones mundiales, los cuales se resumen en el reconocimiento de los afrodescendientes como sujetos de derecho internacional, considerado en su sentido más amplio.
“El reconocimiento de que los afrodescendientes fuimos víctimas de racismo, de discriminación racial, de esclavitud, de trata trasatlántica, y cuyas consecuencias continuamos sintiendo, reflejadas en la persistencia de discriminación racial estructural y sistémica, hoy, es uno de los avances más evidentes”, afirmó.
Asimismo, dio a conocer que, a iniciativa del CEDR, existe la posibilidad de adoptar una declaración internacional sobre los derechos de los afrodescendientes, instrumento en progreso, que constituirá la piedra angular en torno a la cual va a girar la agenda de los afrodescendientes a nivel global y al interior de los países.
“Actualmente está pendiente definir qué instancia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se ocupará de la formulación y la negociación. Asimismo, Naciones Unidas ha decidido crear un foro permanente sobre los afrodescendientes”, adelantó.
En su intervención, el escritor y educador costarricense Quince Duncan, destacó el gran impulso que se ha dado a las organizaciones civiles de afrodescendientes y afromestizos a lo largo y ancho del continente, incluido México, “donde, hace poco, decían que no había gente negra en este país”, y en Chile se ha retomado el tema.
Otro aporte, comentó el investigador, han sido los esfuerzos editoriales en la materia, como los hechos en México a través del INAH, con María Elisa Velázquez, José Manuel Serna y Gabriela Iturralde; en Colombia, con Estela Malpica, produciendo textos escolares, o las nuevas voces cubanas que le han dado un enfoque retador a este trabajo.
Sin embargo, para el investigador en el Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador, Jhon Antón Sánchez, no todo son logros o avances, ya que aseguró que el Decenio Internacional para los Afrodescendientes 2015-2024, navega por un momento de incertidumbre y preocupación, incluso, al interior de las organizaciones afrodescendientes a nivel intercontinental, las cuales siempre se pregunta en qué va o qué pasa con este.
“En este momento, los afrodescendientes estamos atravesando en una coyuntura mundial muy dramática, vemos un recrudecimiento de la violencia racial en Brasil y en otros países, por ejemplo, la muerte de George Floyd, en Estados Unidos, aunado a las masacres de líderes jóvenes afrodescendientes que está ocurriendo en Colombia”.
Resaltó que, en términos generales, tanto en América Latina como en Estados Unidos, la declaratoria está atravesando un recrudecimiento del tema racial y de la violación de los derechos humanos de los afrodescendientes de forma sistemática, aunado a que la pandemia de COVID-19 ha desnudado las desigualdades, pues se ha visto una ausencia total del Estado, en lo relativo a políticas públicas de salud y de sanidad en los territorios de esta población.
No obstante, dijo, un aspecto positivo es el aumento de la conciencia racial y étnica, sobre todo entre los jóvenes, quienes ahora están tomando la palabra en países como Costa Rica, Ecuador y Panamá. Asimismo, la agenda feminista se ha “ennegrecido”, se ha vuelto más afrodescendiente.
“También se ha tenido una visibilidad política en algunos escenarios institucionales, por ejemplo, en Honduras se cuenta con mujeres y una bancada parlamentaria importante; mientras que en Costa Rica, el presidente del congreso es afrodescendiente, al igual que la vicepresidenta”, mencionó.
Finalmente, la titular del Programa Nacional de Investigación Afrodescendientes y Diversidad Cultural del INAH, María Elisa Velázquez, consideró que, “sin duda alguna, bien ha valido la pena el Decenio. Creo que depende también de la presión a los Estados miembros para reconocer y avalar esta postura. Para México, ha sido muy importante tener este aval internacional, para conseguir la encuesta intercensal en el Censo 2020, y por supuesto, en el reconocimiento de este sector de la población”, manifestó.
La también coordinadora del Coloquio Africanías, comentó que en México, debido a la contingencia sanitaria, toda la agenda de los afrodescendientes se ha visto mermada. Además, finalizó, entre esta población hay un sentimiento de que el Decenio no termina de influir en su vida cotidiana, en los cambios, en las mejoras en temas como la salud, educación o el empleo.
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