En el marco de la campaña “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, la charla realizada dentro del ciclo Diálogos en femenino con Alfonso Reyes, a través de las redes sociales de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), y la Capilla Alfonsina.
Al inicio de la conversación, la escritora Martha Robles aseveró que el filósofo e intelectual dominicano Pedro Henríquez Ureña desempeñó un papel fundamental en el descubrimiento de la pasión de Reyes por el mundo griego. “Su atracción por los griegos se dio a través de estudios que lo llevaron a descubrir los mundos de Homero, Platón, la ética y la estética, lo que deriva en una segunda edad del conocimiento de Reyes sobre Grecia, la experiencia con su padre y la violencia de México. Los dos ejes de su helenismo son la Sofrosine y la Hybris”, aseguró.
Añadió que Alfonso Reyes busca en el mundo griego ponerse a la sombra del árbol; estar en su sombra es entrar en el mundo del conocimiento de esta civilización para convertirse en un pedagogo y educador, además de traer al mundo de esta violencia el conocimiento de un principio-armonía que va a ser la semilla de nuestra cultura, lengua y de todos los conceptos filosóficos, imágenes poéticas, cuestiones estéticas y de todo el universo que nos va a dar una posición en el mundo. “¿Qué era esta Sofrosine para Reyes? Buscar su lugar en el mundo y encontrar la paz entre el olvido y la memoria, pero trayendo a esta tierra el mundo griego que para él era la simiente de un nuevo entendimiento”.
La investigadora Natalia Moreleón habló acerca de su experiencia con la obra de Alfonso Reyes dedicada al helenismo, mencionó en especial un rito funerario griego llamado mascháli y al buscar más referencias, solo encontró la que Alfonso Reyes incluyó en el tomo XVI de su antología griega. “La importancia de esto es que Reyes pudo encontrar detalles tan específicos y tan raros e incluirlos en ese volumen”.
Explicó que Reyes hacia estudios muy profundos y contrastaba sus ideas con la de los filólogos de la época, exponía sus conceptos y daba una definición propia. “Es importante que sigamos cultivando esta minúscula Grecia que todos llevamos dentro y de la que hablaba Alfonso Reyes”.
En su oportunidad, la moderadora Beatriz Saavedra consideró que la obra del “regiomontano universal” no se limita a sus eruditos tratados, también pretende divulgar, traducir y comentar lo más notable que entonces se publica. Traduce libros para la comprensión de los antiguos griegos en el siglo XX. “El helenismo de Reyes es un caso particular entre los humanistas de Hispanoamérica”, dijo.
El historiador Javier Garciadiego aseguró que el helenismo de Alfonso Reyes fue cultivado desde temprana edad. “Es también la inquietud rectora de los jóvenes que fundaron el Ateneo de la Juventud, el deleite por el helenismo penetra en la vida de Alfonso Reyes y se manifiesta en numerosos escritos. El helenismo es sinónimo de humanismo, es el poder de alcanzar una conformidad interior y una perfección moral en la cual la ética y la estética están íntimamente conformados”.