Agencias
Washington.- Gobernadores de Estados Unidos pidieron ayer a la Casa Blanca una estrategia nacional contra la propagación del coronavirus, mientras las muertes aumentan y las autoridades de salud advirtieron que la semana que viene podría ser nuestro Pearl Harbor.
La cifra de muertos en Estados Unidos se acerca al sombrío hito de los 10 mil y los contagios a más de 331 mil. Más de 3 mil 500 de esos fallecimientos ocurrieron en el estado de Nueva York.
Anthony Fauci, el científico que asesora al presidente Donald Trump sobre la pandemia, advirtió de una inminente escalada, al señalar que los estadunidenses deben prepararse para una mala semana, dijo ayer a CBS.
El administrador de la salud pública en Estados Unidos, Jerome Adams, declaró a Fox News: Este va a ser nuestro momento de Pearl Harbor, nuestro 11-S, sólo que no tendrá una localización.
Adams afirmó que los estadunidenses deberían seguir practicando el distanciamiento social y permanecer en casa al menos 30 días.
La mayoría del país está bajo orden de confinamiento, pero nueve estados aún no han emitido esas normas, mientras el gobierno federal ha rechazado tomar una directiva a escala nacional.
Nueva Jersey y Nueva Orleans se perfilan como nuevos epicentros. El número de infecciones reportadas en Luisiana subió más de 500 casos, de 12 mil 496 a 13 mil 10.
En su cuarta semana de aislamiento, Nueva York registró un ligero descenso en las nuevas muertes por coronavirus en las últimas 24 horas. El estado informó ayer sobre 594 nuevas muertes comparado con 630 anunciadas el sábado. Con los nuevos datos, el número de fallecimientos en el estado eran casi 4 mil 200. Más de 122 mil personas han dado positivo en el estado y 16 mil seguían hospitalizadas hasta ayer, informó el gobierno de la ciudad.
La administración de Trump desperdició casi dos meses que podrían haber sido utilizados para reforzar la reserva federal de suministros y equipos médicos críticos.
Una revisión de los contratos de compra federales muestra que las agencias federales esperaron prácticamente hasta mediados de marzo para comenzar a realizar pedidos a granel de máscaras de respirador N95, ventiladores mecánicos y otros suministros necesarios para los trabajadores de atención médica de primera línea.
Ahora que van tres meses de la crisis, esa reserva está casi agotada justo cuando aumenta el número de pacientes que necesitan cuidados críticos.