Oaxaca.-Ninguna represión es espontánea, al menos eso nos ha demostrado la historia. Suele irse construyendo por acción directa o por falta de ésta. Por dejar pasar, por no atender las señales previas.
¿Qué pasó en Cancún que llevó a esta indignante represión? sigue estando nebuloso. Más allá de la versión oficial que asegura que los policías actuaron por su cuenta, dispararon al aire y donde la respuesta más rápida de las autoridades fue el deslinde, es necesario hacernos algunas preguntas.
En medida que las víctimas han ido dando su versión de los hechos crecen las dudas, sobre todo si esto pudo haberse evitado, ya que el gobernador Carlos Joaquín González sabía que se realizaría la marcha, pues el mismo lunes por la mañana dos defensoras lo abordaron en un acto público para exigirle resultados ante el incremento de violencia contra las mujeres en la entidad y le informaron de la marcha que se realizaría ese mismo día en la tarde.
La convocatoria de la marcha fue pública, así que las autoridades municipales y estatales lo sabían y podrían haberse preparado para evitar lo ocurrido.
Me pregunto ¿hubo alguna indicación para el actuar de las policías ante el anuncio de esta marcha?
Según el video del gobernador donde ofrece disculpas por los hechos, no se acataron sus órdenes ¿cuáles fueron? eso no lo dijo, ¿a quien se las dio? ¿al hoy destituido Jesús Alberto Capella?
De acuerdo con el testimonio de la periodista Cecilia Solis, quien recibió un disparo en la pierna derecha, los policías que la atacaron sabían que ella era reportera pues se identificó como prensa ante ellos.
Teniendo México el deshonroso segundo lugar mundial en agresiones contra periodistas, nadie se ha preocupado por instruir a las policías para respetar la labor periodística y la libre manifestación.
De acuerdo con su testimonio, los policías no dispararon al aire sino que hubo intensión de hacer daño. ¿Por qué?
Estas declaraciones de la periodista van acompañadas de una petición de protección, la cual es más que entendible y por supuesto que hay que garantizar su seguridad y la de su familia.
Si nadie dio la orden para que los policías salieran con sus armas y dispararan, ¿alguien impidió que esto ocurriera?
Las investigaciones que se realizan tras la terrible represión están buscando quién dio la orden, pero me parece que también habría que investigar si hubo omisión por parte de las autoridades que dejaron que esto ocurriera.
Esta no es la primera acción violenta de los policías contra una manifestación feminista ni en México ni en Quintana Roo, es sin duda la más grave. ¿Alguien está tomando cartas en el asunto para evitar la repetición de estos actos?.
¿Son suficientes talleres de nuevas masculinidades como ofrece el gobernador quintanarroense? ¿en dónde queda la justicia para las mujeres en la ecuación que propone? Sobre todo cuando se acerca el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la violencia contra las mujeres, y en la cual se esperan grandes movilizaciones. ¿Cuál será el protocolo de actuación en quintana Roo y en el país? ¿Cómo se garantiza la no repetición?
Cancún, por la gravedad que entraña, debe ser también la investigación más clara y expedita que nos diga qué pasó, y que al seguir la línea de mando no sólo se busque quién dio la orden, sino también si pudieron haberse evitado estos hechos, porque la omisión también debe ser castigada.