Oaxaca.-Si bien muchas de estas actividades son realizadas desde casa, aplicando el aislamiento voluntario, el AGEO realiza tareas que se consideran esenciales y requieren de un esfuerzo adicional. Estas acciones corresponden a la conservación y resguardo de su gran acervo documental, reconocido como uno de los más importantes del país.
Mediante el Departamento de Conservación y Restauración del Archivo Histórico, el AGEO –órgano desconcentrado de la Secretaría de Administración– lleva a cabo monitoreos ambientales y acciones preventivas para el control del entorno de las colecciones y fondos documentales.
Personal especializado se encarga de identificar, evaluar, detectar y controlar los riesgos de deterioro de los acervos documentales a través del monitoreo ambiental y la recolección continua de datos que ayudan a elaborar estrategias de control que permitan evaluar su eficiencia y adaptarlas, según las necesidades.
Para ello implementaron un sistema de guardias semanales donde, bajo todas las medidas sanitarias y de seguridad, recorren los casi 50 repositorios que albergan los fondos documentales, además de la sala de consulta, revisando y registrando las observaciones pertinentes.
Es indispensable procurar la ventilación de los espacios y asegurar entornos favorables para la conservación de los documentos, siempre tomando en cuenta las necesidades específicas de los materiales que los componen, pues las variaciones bruscas de temperatura o humedad pueden alterar las cualidades de los materiales.
Cabe recordar que el edificio del AGEO cuenta con infraestructura moderna y equipos que operan de manera automática, los cuales están programados para controlar la humedad relativa de los recintos, a modo de evitar que exceda de los parámetros adecuados.
Además, está equipado con dispositivos digitales que recopilan y almacenan datos que se analizan mensualmente de manera remota para que, en caso de requerirlo, se puedan aplicar las medidas correctivas.
De esta manera, el AGEO cumple su responsabilidad con la preservación del patrimonio histórico y cultural, donde existen documentos de más de 300 años de antigüedad que son resguardados para disfrute de la población y la comunidad investigadora.