Al participar en el acto, David Baizabal, autor de El desamparo de la bestia (2020), que se incluye en dicha serie, agradeció a las instituciones por apoyar la presentación publicada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en el marco del ciclo Otoño Literario que se realiza en el Encuentro de Escritores Sonora 2020.
El escritor Fernando Sánchez Clelo destacó que esta colección de 14 títulos, fundada en 2016, le da fuerza a la minificción en México, con textos como Vamos al circo (2017), antología en la que participaron 127 autores de América Latina, y Música primigenia (2017), de Katalina Ramírez, en un ejemplo de la iniciativa de la BUAP por impulsar nuevos autores.
“No son muchas las editoriales que publican minificciones y creo que ésta ha sido una pequeña isla donde podemos encontrar a los minificcionistas, lugar donde podemos llegar, sentirnos seguros de las mareas de no poder publicar minificción salvo en una antología que alguien se atreve a hacer”, sostuvo.
Exclusividad a la minificción
En coincidencia con los autores, la narradora Laura Elisa Vizcaíno subrayó la iniciativa de la BUAP para dar exclusividad a la minificción, al señalar que eso le otorga representatividad, además de que las colecciones generan orden en el catálogo literario.
La también tallerista mexicana destacó la antología de Cortocircuito (2017), de Sánchez Clelo, como ejemplo de la ficción híbrida, la cual tiene esa cualidad de mezclarse con otros géneros. “La imagen de un cortocircuito es precisamente lo que ocurre cuando unimos un texto literario con un género extraliterario como serían las recetas o los anuncios publicitarios”, apuntó.
Género volátil
En su momento, el autor José Luis Zárate Herrera afirmó que la minificción es un género muy volátil, el cual ha tenido un campo muy grande en las redes sociales: “Está increíblemente de moda, hay montones de revista en línea. Ahora sí tiene un público, pero Internet tiene la característica de su velocidad y fugacidad, por lo que este género podría desaparecer”.
Acerca de su texto Luna que se quiebra (2018), detalló que está escrito con una “saturación poliédrica”, es decir, eligió un tema y lo abordó desde tantos puntos de vista posibles con un eje rector: “No hay Luna, ¿qué podría significar? Muchas cosas, pero quise que tomara un hilo conductor, que la acción avanzara”.