Al dar la bienvenida, la Dra. Carmen de la Peza Casares, directora adjunta de Desarrollo Científico del Conacyt, resaltó el trabajo que el Consejo ha emprendido en defensa del maíz nativo y de los métodos de cultivo agroecológicos. Enfatizó que el uso de agroquímicos y el modelo de producción intensivo son prácticas que deben sustituirse por otras formas más amigables con el entorno ambiental, así como impulsar políticas con un enfoque social y que permitan alcanzar la soberanía alimentaria que perdió México hace décadas.
En su intervención, el investigador de la UNAM, Mtro. Humberto Peraza Villarreal, habló de la valiosa agrodiversidad que posee nuestro país y analizó, con detalle, las múltiples razas de maíz que los pueblos originarios de México han logrado preservar a través de técnicas milenarias. Destacó la importancia de investigar los sistemas de producción en el campo mexicano y consideró necesaria la recuperación de la agricultura tradicional, señalando que el sistema agroindustrial e intensivo utiliza insumos tóxicos para la salud humana, además de que no es sustentable en términos ambientales. También hizo un llamado para transformar la dieta actual de las y los mexicanos debido a que ésta ha incorporado, cada vez más, alimentos ultraprocesados y altos en azúcares, lo que explica la proliferación de enfermedades como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
Por su parte, el coordinador de producción de la Confederación de Campesinos Productores de Semillas Nativas y Criollas del Oriente del Estado de México, Antonino Campos García, detalló las problemáticas a las que se enfrentan las comunidades campesinas cuando se introducen granos de maíces transgénicos en sus tierras, dado que las contaminan y dañan los plantíos de maíces nativos. Acerca de la Confederación que coordina, dijo que fue creada debido al temor creciente de que desaparezca la cultura agrícola tradicional, pues las y los campesinos suelen recibir propuestas para sembrar maíces híbridos (transgénicos), con el argumento de que con éstos podrían elevar la producción y ser más rentables. Sin embargo, aclaró que se han opuesto a ello debido a que significaría “la desaparición de los maíces nativos mexicanos”. Advirtió, además, que los maíces transgénicos tienen una utilidad terminal, pues no pueden sembrarse nuevamente. Por lo mismo, en cada ciclo agrícola se verían obligados a comprar de nuevo los granos. Añadió que otro de los problemas al que se enfrentan las comunidades campesinas es que, al usar transgénicos, los agrotóxicos contaminan de manera irremediable el ambiente, lo que deriva en la infertilidad de sus tierras.
El productor de maíz, Arnulfo Melo Rosas, consideró que los saberes ancestrales tienen origen en la observación meticulosa y respetuosa del ambiente, por lo que son capaces de generar una producción sostenible, sustentable y armoniosa con la naturaleza. También dijo que las enfermedades contemporáneas están relacionadas con el cambio de dieta y que la población se ha alejado de la alimentación basada en productos naturales. Finalmente, invitó al público a consumir los alimentos derivados de la milpa y a valorar el trabajo de las y los campesinos de México.
Participantes:
Además de la Dra. Carmen de la Peza Casares, directora adjunta de Desarrollo Científico, participó Arnulfo Melo Rosas, productor de maíz en milpa y autor del libro La Milpa de Nuestros Abuelos; el Mtro. Humberto Peraza Villareal, investigador de la UNAM y colaborador de proyectos con agricultores; además de Antonino Campos García, coordinador de producción de la Confederación de Campesinos Productores de Semillas Nativas y Criollas del Oriente del Estado de México.