Fortino Torrentera

Oaxaca.-La música como concepto y sistema es de origen europeo, la música original se perdió, no así sus símbolos y elementos culturales y es lo que hace el destacado instrumentista y compositor originario de Tlahuitoltepec, Mixes, Kunt Vargas.

En el segundo patio del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca se presenta la intervención sonoro que Kunt construyó, donde retoma el paisaje sonoro de su comunidad para crear su propia arqueología en esta pieza titulada “Seguidores del tiempo”.

La propuesta del sitio arqueológico es una invitación a reflexionar alternativamente en el pasado y presente de la cultura Ayuujk (mixe). El tiempo-espacio en el que se desarrolla es primordial, pues es diferente en temporalidad a los sitios arqueológicos proto-Mixe-Zoques que se han registrado en nuestros días.

Así, esta propuesta es una forma de creer proponiendo una realidad sonora-visual propia, mostrándose en el ámbito de una réplica del sitio arqueológico Kumantuk (10,000 - 5,000 a. n. e. a.), el cual fue registrado por Kunt Vargas entre 2016 y 2017 en la sierra mixe. Kumantuk es una forma de quitarse la cabeza sonora habitual, intercambiarla, aprender de ello, generando otra realidad sonora-visual-tempoespacial. Es un pasado-presente, un presente-pasado propio.

Se tratan de tres altares a modo de pirámides representadas por dibujos hechos por el autor y de las cuales se emiten sonidos que llenan el lugar del ambiente místico de Tlahuitoltepec, al respecto el músico refiere:

“Esta instalación es un paisaje sonoro a partir de grabaciones de campo, pues en 2016 tuve el cargo de capillo que se dedica a los cantos, rezar, las misas, a todo lo sagrado de Tlahuitoltepec, así que he inventado un sitio arqueológico creado a partir de dibujos y pinturas, pues los levantamientos que se han hecho son de gente de fuera”.

“Lamentablemente esas interpretaciones sobre los símbolos y significados son vistos desde afuera, por lo que dan por hecho que es así y le legitima mucha gente de la comunidad o la región, por ello también es una crítica a la arqueología, pues yo puedo inventar mi sitio, pues hay lugares que están fechados de 10 mil a cinco mil años antes de Cristo”.

“Este es un contraste, escuchas la música y es un planteamiento, pero ves lo visual y es todo un concepto arqueológico pero teniendo elementos culturales y rituales distintivos de la Sierra que se escucha en el fraseo o en la ambientación”.

“Y justo eso es lo interesante, como un sonido con instrumentos europeos a pesar de que sea religioso, te lleva a un hábitat, a la sierra, a un ambiente que te lleva a reflexionar del pasado y del presente y cómo proponer algo propio”.

En uno de los altares-pirámides, se encuentra al centro el rey Kondoy que es un ser humano y su hermana es serpiente, como todos dioses duales llámese Quetzalcoatl, Kukulkan, por lo que mediante el paisaje sonoro propone al conjugar el pasado-presente-

Otra de las deidades es Kumantuk, del cual explica el músico explica que es un ser conocido en Tlahui que tiene la capacidad quitarse la cabeza para intercambiársela y viven a partir de la sangre humana, ente que tiene un lugar muy importante en la Sierra Mixe por su valor místico.

Al respecto, el curador de esta intervención sonora, Roberto Morales Manzanares, refiere de la trascendencia de esta obra “El tiempo es un elemento relativo a nuestra posición en el universo  puede medirse de varias formas tomo pueden ser ciclos en observaciones astronómicas años, días, segundos, segundos-luz, etc.

Stephen Hawking habla de por lo menos 3 diferentes flechas de tiempo que convergen: el incremento de desorden o entropia de acuerdo con la 2' ley de la termodinámica, la psicológica en donde recordamos y nos relacionarnos con el pasado mas no el futuro, y por último la flecha de tiempo cosmológica que es en donde el universo se va expandiendo.

Él pueblo ayuujk o mixe del estado de Oaxaca es depositario de una sólida y única cosmovisión del mundo. El Xëmaapyë o especialista ritual (el o ella) es quien lleva las cuentas precisas del calendario mixe y es consultado para establecer los tiempos y lugares en los que se deben llevar acabo las acciones así como as cantidades de los elementos destinados al depósito ritual.

En esta curaduría como seguidores del tiempo observaremos a nuestra flecha de tiempo nutrirse de correlaciones y causalidades en periodos de dos meses durante dos años con instalaciones sonoras en donde la percepción entrópica y del espacio-tiempo será no de los artista nacionales e internacionales sino también de los pueblos originarios México en un juego lleno de voces, contrastes y resonancias frescas”.