Dirigido al personal de las Instancias Municipales de la Mujer (IMM), Centros de Desarrollo para las Mujeres (CDM) y Unidades de Género, la titular de la SMO, Ana Vásquez Colmenares Guzmán, describió el contexto estatal de desigualdad entre mujeres y hombres.
Al respecto expuso que el 65.6% de la población analfabeta son mujeres, ellas dedican 40 horas semanales al trabajo no remunerado, en tanto los hombres sólo 17 horas, de acuerdo al Atlas de género Oaxaca, y representa el 23% del Producto Interno Bruto en México (INEGI 2015).
“La desigualdad en las labores de cuidados crea un ciclo vicioso de desigualdad económica y de género, que impide a las mujeres acceder a servicios de educación y salud, empleo digno, participación política, contextos libres de violencia, medios y bienes para construir y disfrutar de vidas plenas”, refirió la funcionaria estatal y de acuerdo al Comité de Oxford para el alivio de la hambruna -OXFAM por sus siglas en inglés-, enero 2020.
El Programa Institucional del Inmujeres, afirmó Vásquez Colmenares, reconoce como problema principal la desigualdad estructural con el fin de implementar políticas que incidan directamente en la erradicación de los obstáculos en la participación igualitaria de mujeres y hombres, a favor del desarrollo y la transformación de la vida pública, y aunado al impacto de la pandemia por el COVID-19, hace patente la necesidad del trabajo articulado para una “misma dignidad, mismos derechos”.
En tanto, la directora general de Estadística Información y Formación en Género del Inmujeres, Celia Aguilar Setién, reconoció que se han desarrollado leyes para proteger los derechos humanos de las mujeres, “lo que ha fallado es la implementación”.
“La desigualdad es un mal negocio, en países donde hay igualdad hay mayor desarrollo económico", reconoció.
La funcionaria federal enfatizó que el Inmujeres y la SMO tienen como mandato vigilar que todas las autoridades garanticen el respeto de los derechos humanos de las mujeres sin distingo alguno. “Nos toca promover los derechos en los tres órdenes de gobierno” afirmó.
Al referirse al Programa Institucional dijo que éste señala por primera vez cómo elaborar los mecanismos articulativos para instrumentar lo que mandata la Ley y el Sistema Nacional para la Igualdad.
Señaló que este trabajo está apegado al Programa Nacional de Igualdad (Proigualdad) el cual con 278 acciones, refiere la instrumentación de todos los gobiernos para cambiar la cultura institucional.
Así también describió, ante poco más de 200 personas en Facebook Live y Zoom, los criterios estratégicos para desarrollar adecuadamente el trabajo: de transversalidad e interseccionalidad; además de conceptos como identidad de género e identidad intercultural y las condiciones de los grupos de población como por razón de edad, discapacidad, pobreza y vulnerabilidad.
De manera detallada explicó los enfoques de desarrollo territorial con identidad, de igualdad de género y de interculturalidad, considerados en el Programa Institucional donde se reconoce como problema la desigualdad estructural que afecta a las mujeres y contiene objetivos hacia problemas específicos. Sugirió también crear programas sin una visión de mujeres excluidas, sino reconociendo todas sus potencialidades.
En tanto la consultora independiente Rosa Simón se pronunció a favor de que la Federación fortalezca los Sistemas Estatales y cree campañas con perspectiva de género en todas las secretarías de Estado, además de medir y evaluar el Programa de Transversalidad, informar con anticipación a IMM sobre el funcionamiento del programa y agilizar los procesos, pese a la contingencia sanitaria actual.
Las participantes coincidieron en que la desigualdad de género está basada en el trabajo no remunerado de las mujeres, por lo que es importante cambiar las relaciones de género, reivindicar los derechos colectivos, que se escuche a las comunidades y se establezcan otros vínculos con ellas.