De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), para elaborar estos insumos sanitarios en el hogar se requieren medio metro de pellón de grosor medio (suficiente para elaborar 25 piezas para niños o 20 para adultos), así como resorte tubular o plano, muy delgado (se requieren 60 centímetros por cubreboca), además de hilo, tijeras, regla y lápiz.
Una vez que se cuenta con el material, se debe seguir con el siguiente procedimiento:
Esta medida está planteada para contribuir a la economía de las familias que, por situaciones generadas por la presente contingencia sanitaria, carezcan de recursos o presupuesto para adquirir estos insumos. Además, así se evita el desbasto de estas mascarillas en los establecimientos que los ofertan.
Para su hechura se sugiere no olvidar elaborarlos con higiene, limpiando las superficies y lavando previamente las manos. Además, no es recomendable seleccionar el pellón grueso, ya que es más rígido y difícil de manipular, además dificulta la respiración.
También, las autoridades sanitarias recomiendan usar de uno a tres cubrebocas por día, dependiendo de qué tanto se desgasten por la humedad de la respiración, estornudos o tos. Para desecharlo, hay que retirar el resorte, se coloca la tela dentro de una bolsa de plástico, se cierra y se deposita en la basura.
Por último, aunque los cubrebocas no son una solución para evitar la propagación del COVID-19, si se usa con otras medidas de higiene como evitar tocarse ojos, nariz y boca, un lavado frecuente de manos o desinfección con gel antibacterial, mantener la sana distancia entre las personas y evitar las salidas no esenciales, se tendrá una mayor efectividad en la contención del virus.
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