Oaxaca.-Organismos de la sociedad civil y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) abren convocatoria para crear Redes Alimentarias Alternativas en México, con el objetivo de dar a conocer y apoyar a los productores que, a nivel nacional, hacen un esfuerzo por reducir su impacto en la naturaleza y proteger nuestra salud.
Actualmente existe un número importante de iniciativas que realizan acciones valiosas para impulsar formas alternativas de producción y distribución de alimentos, bajo principios socioambientales que permiten vincular a los productores con los consumidores y revalorar la función social del consumo como un acto económico, político y cultural.
En un comunicado la dependencia señaló que para apoyar estas iniciativas y darlas a conocer se ha creado el mapa de Redes Alimentarias Alternativas el cual ubica proyectos en distintas regiones del país, productos que venden, y datos de contacto. Al momento se han sumado más de 20 iniciativas en la Ciudad de México, y en estados como Jalisco, San Luis Potosí, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Morelos, Puebla, Estado de México, Chiapas y Quintana Roo.
Las iniciativas que participan en la construcción del mapeo son: Colectivo Zacahuitzco; Cooperativa de Consumo La Imposible; Mercado Alternativo de Tlalpan; Tianguis Alternativo de Puebla; Tianguis Agroecológico de Xalapa; Red Socioambiental Amealco y Grupo Alimento Sano.
Los mercados o tianguis alternativos son espacios físicos de organización de la sociedad civil en donde se comercializan productos agroecológicos, frescos y sin agrotóxicos, privilegiando el consumo de productos que consideran buenas prácticas en su elaboración. Son espacios en donde se revaloriza los vínculos entre productores y consumidores; se fomenta la información para el consumidor, a través de talleres, charlas para promover hábitos de consumo más sanos y bajo criterios socioambientales, más allá de ser sólo productos orgánicos. El valor de los mercados alternativos es establecer dinámicas de comercio justo que beneficien tanto a productores como a consumidores, y a la misma naturaleza.
A pesar de que la salud es quizá el bien más valorado de todos, en el país se presentan condiciones extremas relacionadas a nuestra alimentación. La desnutrición continúa siendo un grave problema desde hace décadas, y recientemente el sobrepeso y la obesidad han aumentado substancialmente en México. Esto ha sido consecuencia de imitar un modelo de alimentación equivocado importado de sociedades industrializadas. La dieta mesoamericana, basada en ingredientes como maíz, frijol, calabaza, chile, tomates, quelites, baja en grasa y en azúcar, mantuvo por miles de años a una población sin problemas cardiovasculares, de hipertensión, diabetes y obesidad. Todos tenemos derecho a una alimentación sana.
Los consumidores podemos reducir nuestro impacto en el ambiente seleccionando responsablemente los productos alimenticios que compramos. La producción de alimentos, verduras, frutas, derivados de animales (carne, leche, huevos) y la pesca de productos marinos tiene serias consecuencias ambientales. El uso desmedido de agroquímicos e insecticidas en la agricultura, la producción confinada y el uso de anabólicos en el ganado y la sobrepesca y contaminación en el mar son algunas de las amenazas a nuestra salud y a la de los ecosistemas naturales.
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