INICIO  //  Cultura  //  Historias y Virucuetos/ El maestro
/  

Historias y Virucuetos/ El maestro

Historias y Virucuetos/ El maestro
Jueves 30 de septiembre, 2021.
11:08 am
445 lecturas | 0 comentarios

COMPARTIR

 
Salvador Hernández.
Oaxaca.- Ayer veintinueve de septiembre Día Nacional del Maíz, fui al IAGO; después de meses de confinamiento sanitario, subí los escalones de la vieja casona del andador Macedonio Alcalá-que debería llamarse Francisco Toledo-, no porque quisiera encerrar en una nomenclatura, al artista más humanista que ha tenido Oaxaca, y, por supuesto México. Sino porque fueron tantas veces que lo vi caminar esa calle, ya sea con una bicicleta, regalando libros, elevando un papalote con el rostro impreso de uno de los todavía cuarenta y tres desaparecidos estudiantes de Ayotzinapa, o charlando amenamente con alguno de los trabajadores de los espacios que había creado.

Sino porque fue tan grande su legado, que hasta jovencísimas chicas en una mesa daban información, sobre el maíz “contra los transgénicos”. Algo conmovedor entrar hasta el patio del fondo del IAGO, encontrar personas que degustaban alguna bebida, otros con playeras en mano, para que se las imprimieran en serigrafía con la palabra “maíz”, en varias lenguas originarias. 

Ahí estaba su compañera de vida, con una sonrisa, posiblemente de satisfacción. Todo era tan atemporal, que parecía que el Maestro Francisco Toledo, iba a salir de algunas de las salas de la biblioteca que, con los años, fue convirtiéndola en una de las más completas de Latinoamérica.

Todavía recuerdo-cuando este escribiente, era presidente de una asociación-, y me lo encontré en la Proveedora Escolar, con una bolsa del “mandado”, llena de libros; “ya te mandé las litografías”, le di las gracias. Era una donación que hacia el maestro de Juchitán a la asociación. Lo que no sabía es que no era una gráfica como había prometido, sino tres, y de gran formato. Después de darme algunas recomendaciones, nos despedimos. Esas obras, se vendieron el mismo día de la inauguración de la subasta. Así era de dadivoso el Maestro Toledo. 

Pues ayer, me senté a esperar que imprimieran mi camiseta. Veía los macetones con sus plantas bien cuidadas, las puertas de las diferentes salas con sus puertas abiertas, niños, que no conocieron al hombre oaxaqueño, que ya es una hermosa leyenda.

En otros espacios, donde su mano altruista intervino, se regalaban tamales, postales, bebidas hechas de maíz nativo. Es el mejor legado que nos pudo dejar el Maestro. ¡Su ejemplo!
!

Esta conversación es moderada acorde a las reglas de la comunidad “Ciudadanía Express” . Por favor lee las reglas antes de unirte a ella.
Para revisar las reglas da clic aquí

-
Todos los comentarios (0)

Publica tu comentario

Nombre

E-mail, no será publicado.

Sexo

Comentario * 200 caracteres







Los apagones son culpa de AMLO?