Comunicado
Oaxaca.-A quince años de la ‘marcha de cacerolas’ y la toma del Canal 9, radiodifusora y estación de televisión del estado de Oaxaca, por cientos de mujeres de la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca) durante el levantamiento civil más grande que haya vivido este estado, en repudio al gobierno corrupto y represor del gobernador priista asesino Ulises Ruiz Ortíz, venimos a manifestarnos para reivindicar las luchas de las mujeres oaxaqueñas y hacer un llamado a fortalecer nuestro movimiento.
Repudiamos el hecho que hasta la fecha, ni Ulises Ruiz ni ningún otro funcionario de su gobierno han sido enjuiciados por las graves violaciones a los derechos del pueblo oaxaqueño durante su ilegítimo gobierno, e incluso algunos de los peores represores nuevamente dirigen la seguridad pública del estado de Oaxaca. Exigimos que se ponga fin a esta lacerante impunidad.
Honramos la memoria de las compañeras y los compañeros asesinados por su lucha en la APPO. Honramos la lucha de quienes fueron víctimas de las desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, de la tortura, del exilio, de la persecución y la represión generalizada en 2006.
Nos manifestamos también en memoria del las compañeras defensoras de nuestros derechos y nuestros territorios y de las periodistas asesinadas en todo el país. ¡Las que mueren por la vida, no han muerto! Recordamos con mucho cariño a todas las compañeras víctimas de la pandemia del Covid-19.
Con orgullo continuamos la resistencia que nos han heredado nuestras ancestras, abuelas y madres Zapotecas, Mixtecas-ÑuSavi, Mixes-Ayuuk, Chatinas, Chontales, Cuicatecas, Chinantecas, Huaves-Ikoots, Mazatecas, Triquis, Tacuates, Afromexicanas, Ixcatecas, Chocholtecas, Zoques y también Mestizas, para defendernos de todo despojo de nuestra vida, nuestra dignidad, nuestros derechos y nuestros territorios.
Somos mujeres campesinas, pescadoras, productoras, y sin nuestro trabajo no hubiera comida sana en su mesa, pero nos menosprecian y nos pagan una miseria. Somos amas de casa que hacemos mil labores jamás valoradas ni mucho menos remuneradas. Somos profesionistas ninguneadas y discriminadas en las empresas e instituciones. Somos obreras y trabajadoras eventuales explotadas sin seguridad social alguna. Somos empleadas domésticas sin derechos laborales. Somos artesanas, artistas, y nuestro arte embellece tu vida, tu pueblo, tu ciudad, tu cultura, y aún así vivimos en la pobreza.
Somos trabajadoras combativas de la educación de la Sección XXII de la CNTE (Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación), quienes tantas veces hemos enfrentado juntas con nuestros compañeros la represión del sistema y obtenido grandes logros para la educación en el estado y el país, y aún así, como en muchos otros movimientos, se manifiesta el patriarcado en nuestro propio gremio.
Somos estudiantes que sufrimos violencia de género en la familia, la calle, en la escuela y la universidad. En nuestras luchas, enfrentamos la violencia del estado.
Somos médicas, enfermeras y trabajadoras de la salud, nos celebran como heroínas de la pandemia, pero pisotean nuestros derechos laborales y destruyen el sistema de salud pública.
Somos médicas tradicionales, curanderas, parteras, siempre al lado de nuestros pueblos y nuestras compañeras, sanando mil heridas del alma y del cuerpo que nos causa nuestra realidad.
Somos mujeres que participamos en las asambleas de nuestros pueblos y desempeñamos cargos municipales y agrarios, sobre nuestros cuerpos las cuotas de género reproducen violencia y discriminación.
Somos mujeres que participamos en la política municipal, estatal y nacional, y se nos excluye, relega, margina y atropella con todos los métodos de la violencia política machista.
Somos mujeres que hacemos gran parte del trabajo de iglesias y grupos religiosos, pero a la hora de tomar decisiones nos predican obediencia y sumisión.
Somos mujeres que a diario y a cualquier edad sufrimos el acoso, las violencias, la violación y el feminicidio en este país donde la vida de las mujeres no vale nada, y se asume la muerte violenta de 11 mujeres al día con la más absoluta impunidad.
Somos madres de todas las niñas y los niños desaparecidos, vendidos, violentados.
Somos hermanas de todas las mujeres que buscan a sus hijos desaparecidos, escarban fosas clandestinas para encontrar sus huesos, y en lugar de recibir apoyo y protección, son perseguidas e incluso asesinadas por su incansable búsqueda.
¡Y por supuesto, somos FEMINISTAS! Por más que desde la presidencia de la república y desde todas las esferas del ignorante y tóxico poder masculino nos estén atacando, difamando y minimizando, afirmamos esta nuestra posición política, porque ser feminista simplemente significa luchar por la liberación de todas las mujeres, y de todas las personas. Significa oponernos al mortal sistema capitalista-patriarcal que hunde a la gran mayoría de seres humanos en la miseria y en la violencia, y está a punto de destruir el planeta entero. Ser feminista significa continuar con valentía la lucha de las feministas históricas de varios siglos y de todos los continentes, quienes con grandes sacrificios lograron los derechos que hoy gozamos e iniciaron un movimiento en el cual actualmente militamos millones de mujeres en el mundo.
Somos feministas y estamos organizadas de muchas maneras, en colectivas pequeñas y agrupaciones de puras mujeres, en colectivos y organizaciones mixtas, en gremios sindicales, y, sobre todo, en nuestras comunidades, nuestros barrios, nuestras colonias. Tenemos diferentes puntos de vista y una gran diversidad de luchas, pero nos hermanamos en la resistencia contra el sistema capitalista neoliberal y patriarcal que nos oprime a todas. Somos defensoras de nuestros derechos y territorios y nuestro papel es fundamental para la resistencia de nuestros pueblos contra los nuevos colonizadores.
Denunciamos a los gobiernos de todos los colores y todos los niveles, actuales y anteriores, por violar nuestros derechos y no impulsar medidas urgentes para prevenir y esclarecer los miles de feminicidios, ni implementar estrategias para protegernos de la ola de violencia que padecemos las mujeres a cada paso que damos. Denunciamos que el sistema de procuración de justicia en México, profundamente injusto y patriarcal, bloquea sistemáticamente la persecución de delitos contra las mujeres, revictimiza a las víctimas y protege a los feminicidas y violadores. Denunciamos las graves omisiones del gobierno estatal de Oaxaca en la procuración de justicia para mujeres.
Denunciamos los asesinatos de decenas de defensoras y defensores de nuestros derechos y territorios a lo largo y ancho del país. Denunciamos la persecución, las detenciones arbitrarias y el encarcelamiento injusto de luchadoras y luchadores sociales. Rechazamos tajantemente la militarización del país bajo el pretexto de la “seguridad”, porque de hecho es implementada para defender los intereses de los poderosos y al mismo tiempo criminalizar, contener y reprimir la protesta social. Denunciamos el contubernio entre militares, paramilitares, políticos y empresarios con el crimen organizado que invade nuestras comunidades, ataca a la población y destruye el tejido social. Denunciamos el contubernio entre policía, ejército y mafias de trata de personas.
Estamos indignadas ante el espionaje contra periodistas y movimientos sociales, y exigimos castigo a los culpables.
Denunciamos la pobreza y miseria en la que nos hunde un sistema económico profundamente injusto y explotador, que se roba los bienes del pueblo y los concentra en las manos de unos cuantos, y rechazamos las políticas asistencialistas que nos quieren condenar a recibir limosnas en lugar de valorar, fomentar y remunerar nuestro trabajo y respetar nuestros derechos laborales.
Denunciamos a las empresas nacionales y transnacionales que se apropian de nuestros territorios para explotar los bienes naturales y dejan catástrofes ambientales y más miseria a su camino.
Nos pronunciamos contra los grandes megaproyectos que el gobierno federal junto con los gobiernos estatales y al servicio de empresas transnacionales intentan imponer en el sur de México como el Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, el Proyecto Integral Morelos y el mal llamado Tren “Maya”, los cuales, lejos de traernos el supuesto “desarrollo”, nos despojan de nuestros bienes naturales, nuestra cultura, nuestra autonomía y violentan a nuestra madre, la tierra.
En Oaxaca estamos con las luchas de las compañeras de Valles Centrales, Sierra Sur, Mixteca y Cañada contra las mineras y en defensa del agua, con las luchas de las compañeras de la costa contra proyectos hidroeléctricos y megaturísticos, con las compañeras del Istmo contra los Proyectos Industriales Eólicos, el despojo por el Corredor Transístmico, y la destrucción de la Selva de los Chimalapas, con las compañeras de la Sierra Norte contra la imposición del maíz transgénico, y nos solidarizamos con todas las luchas en defensa de la vida y de los territorios en nuestro estado, nuestro país y nuestro mund
Acompañamos la lucha de las personas de la comunidad LGBTTTIQ, porque buscamos lo mismo: el derecho a ser quienes somos y amar a quienes queremos.
Saludamos la solidaridad de aquellos compañeros hombres que están dispuestos a romper el pacto patriarcal, y exhortamos a los demás hombres a seguir su ejemplo. Perderán sus privilegios, pero podrán romper las cadenas que les impone su propio machismo.
Abrazamos a todas las niñas y los niños con el rebozo de nuestra esperanza activa de un futuro mejor.
Abrazamos a todas las mujeres que defienden nuestros derechos, y también a las que (todavía) no lo hacen. Nos solidarizamos con todas las luchas feministas sin distinción.
Por último: Rechazamos la utilización folclórica de las mujeres oaxaqueñas para promover partidos, gobiernos y empresas turísticas, y les advertimos que aquí en Oaxaca, NUESTRA VERDADERA GUELAGUETZA ES APOYARNOS Y CUIDARNOS UNAS A OTRAS EN ESTA LUCHA, y que nuestras artesanías, nuestras danzas, nuestros huipiles, nuestras tan aclamadas tlayudas, nuestros tamales, molotes, moles, atoles, cafés de olla, tostadas, tacos y guisados vienen en paquete CON NUESTRA REBELDÍA.
Por todo lo anterior, invitamos a todas las mujeres a suscribir este manifiesto en señal de nuestra inquebrantable convicción antipatriarcal, hacemos un llamado a seguir tejiendo sororamente esta lucha, y convocamos a organizar una Asamblea estatal de Mujeres Oaxaqueñas para los días 24 y 25 de Noviembre del 2021.
¡MUJERES LUCHANDO, AL MUNDO TRANSFORMANDO!
¡CASTIGO A LOS ASESINOS Y REPRESORES DEL 2006!
¡BASTA DE IMPUNIDAD!
¡ALTO A LOS FEMINICIDIOS! ¡NI UNA MENOS!
¡NI UNA DESAPARECIDA MÁS!
¡BASTA DE LAS VIOLENCIAS DE GÉNERO!
¡LIBERTAD A LAS PRESAS POLÍTICAS!
¡ALTO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL!
¡ALTO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA LUCHA FEMINISTA!
¡ALTO A LOS ASESINATOS DE DEFENSORAS Y DEFENSORES DE NUESTROS DERECHOS Y NUESTROS TERRITORIOS!
¡NO AL DESPOJO DE LOS TERRITORIOS DE NUESTROS PUEBLOS!!
¡CANCELACIÓN DE LOS MEGAPROYECTOS!
¡RESPETO IRRESTRICTO A LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN TODOS LOS ÁMBITOS!
¡ALTO AL PATRIARCADO EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
¡NUESTRA LUCHA ES POR LA VIDA Y LA LIBERTAD!
¡EL PATRIARCADO VA A CAER!
CONVOCAMOS:
Colectivo Mujer Nueva
Colectivo de Mujeres Sección 22 SNTE-CNTE
Comisión de Mujeres de OIDHO (Organizaciones Indias por los Derechos Humanos en Oaxaca)
CONSORCIO (Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca A.C.)
GESMujer (Grupo de Estudios sobre la Mujer ‘Rosario Castellanos’)
Grupo de Mujeres Sabinas A.C.
CAMPO A.C. (Centro de Apoyo al Movimiento Popular Oaxaqueño)
Comité Damián Gallardo Martínez
Coordinadora Estatal de Madres, Padres y Tutores en Defensa de la Educación Pública en Oaxaca
EDUCA A.C. (Servicios para una Educación Alternativa)
Herramientas para el Buen Vivir A.C.
UCIO-EZ (Unión Campesina Indígena de Oaxaca – Emiliano Zapata)
Unitierra (Universidad de la Tierra en Oaxaca)
VOCAL (Voces Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad)
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