Oaxaca.-Del 2000 al 2020, Del 2000 al 2021, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) recibió más de mil 800 quejas por tortura y malos tratos en la entidad, con un registro de más de 2 mil 300 víctimas. ¿Cuántas de ellas son mujeres? ¿Qué diferencia los casos de tortura y malos tratos en razón de género? ¿Cómo atraviesan estos delitos sus cuerpos, su vida, su memoria y sus círculos? ¿La justicia existe para ellas?
Estas y otras preguntas son respondidas de la mano de las reporteras Dalila Souza y Ximena Torres en “Mujeres sobrevivientes de tortura en Jalisco: el uso de sus cuerpos como método y fin de la violencia patriarcal”, una entrega periodística que coloca en la agenda mediática un tema de crucial importancia desde una perspectiva feminista y de derechos humanos. A través de la historia de nueve mujeres, ZonaDocs logra retratar de qué manera la tortura y malos tratos atraviesan de forma diferenciada a las mujeres, logrando construir una narrativa que, además, visibiliza las otras caras que estos delitos toman en la entidad, esas que se alejan de la imperante que nos enseña que estos delitos son cometidos casi exclusivamente en contextos de detención y persecución de personas por parte del sistema de justicia, con fines de fabricación de delitos y de mano de cuerpos de seguridad o militares.
"Mujeres sobrevivientes de tortura en Jalisco" nos muestra algo crucial y urgente de atender: existen otras víctimas y otros perpetradores: la tortura está también en un hospital y es ejercido por personal administrativo, enfermeras y enfermeros, doctores y doctoras cuando le niegan a una mujer tener un parto digno y le provocan innecesarios sufrimientos; la tortura es también que el Estado te revictimice e impacte tu salud mental de forma grave cuando buscas a tus desaparecidos y desaparecidas; es cuando autoridades judiciales quieren obligarte a maternar y te niegan el derecho al aborto; es cuando usan el terror estatal de forma sistemática para desmovilizarte; es cuando te apresan de forma injusta… Cada uno de estos casos son también muestra de la impunidad y falta de perspectiva que las autoridades jalicienses tienen con respecto a la prevención, combate y sanción de la tortura y malos tratos y que urge modificar, pues las consecuencias tanto para las víctimas directas como indirectas tocan las fibras más profundas de sus vidas.
