Oaxaca.-La vida en San Pedro Cajonos transcurre entre los cerros de la Sierra Norte de Oaxaca, México. Esta región montañosa es conocida por sus artesanías y sus oficios tradicionales, como la sericicultura, que ha sido cultivada por varias generaciones de familias. A pesar de ser la comunidad con mayor producción de seda en el estado, los artesanos se trasladan hasta San Luis Potosí para adquirir los huevecillos necesarios para la crianza del animal. El Santuario del Gusano de Seda se fundó con la finalidad de brindar la infraestructura necesaria para producir in situ, y también para preservar una labor que está en el corazón de la comunidad.
Se trata de un conjunto de edificios con tres plantas irregulares y una serie de rampas, puentes y escaleras que se interconectan. El proyecto estuvo a cargo del despacho oaxaqueño LAMZ Arquitectura. «El reto fue establecer un programa que funcionara de acuerdo con un circuito establecido por la cadena de producción», explicó el arquitecto Luis Martínez, cabeza del taller. Este circuito no sólo alberga todo el proceso de producción, desde la crianza del gusano de seda hasta el teñido de prendas, también propone espacios de difusión e intercambio para la comunidad, como el museo y la tienda.
Las fachadas de concreto se insertan en la topografía rocosa, aprovechando al máximo el paisaje que genera su emplazamiento. «Las principales vistas se dirigieron hacia el oriente para permitir la mejor temperatura al interior, y las aperturas del norte permiten tener una luz indirecta durante la mayor parte del año, sin que esto afecte la temperatura», agregó el arquitecto. Además, los vanos en la doble altura crean entradas de luz cenital natural en el área de museo y laboratorios, lo cual favorece el trabajo de los artesanos.
«Es una obra que puede convocar a las comunidades vecinas a sumarse al intercambio de bienes y servicios en la región», reflexionó el arquitecto. «Será fundamental para abrir las posibilidades de crecimiento económico y mejora sustancial de la calidad de vida de los artesanos y sus familias», agregó. “Pienso que la arquitectura es el mejor testigo de una sociedad, cuando alcanza a reflejar su temporalidad y cultura”, concluyó Luis Martínez.
Con información de admagazine.com