En su obra, en la cual utilizó la geometría armónica, destacan –de sus casi 40 murales tanto en México como en el extranjero- La fusión de dos culturas (1960), La liberación (1963), El abrazo y Nuestro tiempo (1980), entre otras, además se dedicó a escribir, esculpir y pintar obra de caballete, aproximadamente 2 mil, de las cuales sobresale La Patria (1961), imagen que ilustró desde 1962 a 1972 y en fechas posteriores algunos llibros de texto gratuitos.
González Camarena nació el 24 de marzo de 1908 en Guadalajara, Jalisco. Sus padres, Arturo González y Sara Camarena, le inculcaron el amor y el respeto por la riqueza cultural del país, lo cual resultó fundamental para la producción artística del muralista.
Sus primeros acercamientos con el arte los tuvo durante la infancia, cuando tallaba guijarros, moldeaba arcilla y dibujaba tiras cómicas. Al mudarse a la Ciudad de México, ingresó a la Academia de San Carlos y a los 14 años se convirtió en ayudante de Gerardo Murillo Dr. Atl.
En 1939 pintó su primer mural: Alegoría de Zimapán, en el Hotel Fundición de la ciudad homónima hidalguense. Pocos años después realizó en el Edificio Guardiola de la capital del país, considerado uno de sus murales más reconocidos y polémicos; el Díptico de la vida, compuesto por dos tableros en los que aparecen un hombre y una mujer desnudos. El artista defendió su creación al argumentar que los personajes simbolizaban a los dueños de la fuerza cósmica que respira la humanidad.
Entre su importante producción muralística también sobresalen La erupción del Xitle, ubicado en el museo de sitio de la zona arqueológica de Cuicuilco; México, en el edificio del Instituto Mexicano del Seguro Social de Paseo de la Reforma, y Liberación, en el Palacio de Bellas Artes, en el cual buscó, desde su lenguaje plástico y con espíritu crítico, una interpretación de nuestra historia, desde el mestizaje hasta las luchas nacionales.
En 1978 produjo su último mural: Trilogía de Saltillo, en el cubo de la escalera principal del edificio de la presidencia municipal de la capital coahuilense. Falleció el 24 de mayo de 1980 en la Ciudad de México.
Entre las piezas que el Munal resguarda destacan El perico, la cual representa, de manera magistral, el paisaje, la fauna, las costumbres y ciertos estereotipos femeninos mexicanos, lo que contribuyó a la edificación de una iconografía nacionalista. Se trata de una metáfora moderna de un paraíso terrenal como encarnación de la patria. Esta imagen señera fue utilizada tanto en calendarios como en la portada del libro de texto de español para el segundo grado de educación primaria. En el acervo del recinto de la Red de Museos del INBAL también se encuentra Las bañistas, cuadro en el cual se aprecia la transformación de la mujer bajo la mirada moderna posrevolucionaria.