Madrid.- Francisco Toledo (1940-2019) es uno de los artistas más destacados de México. A lo largo de su carrera, hizo una exploración constante en el diseño de objetos inspirado en la observación de lo cotidiano en su vida.
Casa de México en España presenta esta exposición en conjunto con la asociación civil Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo. Con una superficie de más de 700 metros cuadraos, se despliega una gran muestra del trabajo de uno de los artistas más reconocidos y con proyección internacional del arte contemporáneo mexicano.
Toledo Ve es una muestra que reúne más de 600 piezas que van desde objetos utilitarios y decorativos que revelan experiencias personales del artista, hasta intervenciones de espacios que responden a acontecimientos sociales del país.
En una de sus últimas entrevistas, el artista comentó que aprendió de diseño gracias a sus visitas en los mercados de Oaxaca. Recordó también, que su abuelo Benjamín para hacer zapatos tenía agujas y leznas. Su abuelo Gil, quien mataba cochinos, tenía balanzas, porque el chicharrón que vendía lo pesaba en balanzas romanas que estaban hechas en su pueblo.
“...fueron mis primeras lecciones de estética, pero también recuerdo los instrumentos que utilizaban mis abuelos en su trabajo. Eran objetos que me llamaban la atención, así como la caja donde la abuela guardaba el dinero cuando estaba en el mercado vendiendo, a ella se le llenaban las manos de grasa, entonces cuando cobraba, se limpiaba en su caja, esa caja estaba tan impregnada de grasa que tenía un brillo muy especial, me llamaba la atención el acabado que era una maravilla”. Francisco Toledo. 2019.
Toledo Ve es una exposición comisariada por el propio Francisco Toledo y busca despertar la curiosidad del espectador invitándolo a observar cada pieza, a identificar materiales y técnicas que lleven a descubrir el mundo como el artista lo veía.
La muestra explora y subvierte los límites entre arte, artesanía y diseño. En las obras se aprecia una amplia variedad de técnicas y materiales que van desde el dibujo y el grabado hasta la acción comunitaria. En la gráfica intervenida y la elaboración de objetos, se puede identificar piel, plata, textiles, vidrio y fibras naturales, entre otros, trabajados siempre con un enorme respeto a la naturaleza.
Francisco Toledo trabajó con diversos proyectos colaborativos dirigidos a diversos sectores de la sociedad e inspirados en diversas técnicas y temáticas:
- Infantil. Los visitantes apreciarán dibujos que han ilustrado cuentos, portadas de
libros, discos y materiales didácticos en un espacio lleno de color dedicado a los
pequeños.
- Joyería. Toledo a diseñado piezas de joyería con materiales que van desde
radiografías hasta piel, cuero y oro, y que está inspirada en la fauna local del Istmo
de Tehuantepec, con animales como cangrejos, monos, peces, chapulines o
saltamontes, perros y lagartos.
- Talleres artesanales. Los visitantes podrán identificar el trabajo que el artista
desarrolló con distintos talleres artesanales, como los tapices realizados en el Taller de Afelpado del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) y los diseños de azulejo hidráulico elaborados por el Taller Arte y Decoración.
- Azulejo hidráulico. El artista realizó diseños con este material e invitó a más artistas a proponer los suyos y así reactivar esta técnica artesanal, los cuales se pueden
apreciar en la exposición
También se incluyen obras donde se ve el compromiso que el maestro Toledo tenía con distintas causas sociales, una de ellas la defensa del maíz nativo.
“En cualquier soporte, temática o escala, la obra de Francisco Toledo se caracteriza por ser propositiva, original y comprometida con su entorno natural, social y político. Esto lo convierte en un artista único e imposible de clasificar dentro de un estilo o movimiento. En México el maestro Toledo es un referente moral y cultural: su distintivo lenguaje plástico estuvo siempre acompañado de una ardua labor en favor de la justicia social, el respeto al campo y a la ecología, así como la preservación del patrimonio cultural de los pueblos originarios de su natal Oaxaca y del país en general”
Adicionalmente, Casa de México integra diversas actividades en un programa que busca ampliar el conocimiento sobre el maestro Toledo e invita a los distintos públicos que visitanel recinto, a tener una experiencia más interactiva con el trabajo y obra del artista.
Este programa consta de: visitas guiadas, talleres sobre la técnica del afelpado, creación de papalotes (cometas), cuentacuentos inspirados en mitos y leyendas oaxaqueñas, proyecciones documentales y conferencias impartidas por especialistas que abordan diversos ángulos de las aportaciones de Francisco Toledo en el arte. Estas actividades son dirigidas a visitantes de todas las edades y se llevarán a cabo en formato digital y presencial durante el periodo que se presente la exposición a través de nuestras redes sociales y sitio web.
Toledo ve constituye una gran oportunidad para el público español de admirar y vivir la obra de Francisco Toledo. Desde su exposición individual en el año 2000 en el Museo Reina Sofía, no se había presentado en España. El título de la exposición es una invitación a compartir la mirada del artista. La manera en la que vio el mundo nos permite aproximarnos a su singular universo creativo.
Francisco Toledo murió en la capital de su estado natal, Oaxaca el cinco de septiembre de 2019, sólo dos meses después de la inauguración de esta exposición en la Ciudad de México. Para Casa de México en España es motivo de orgullo presentar una muestra del enorme legado de este extraordinario artista, promotor cultural y activista comprometido con las culturas originarias y los recursos naturales.
Acerca del artista Francisco Toledo:
Nace en Juchitán, Oaxaca, México en 1940. Desde muy joven encontró su vocación en el dibujo y la pintura. Asistió a la Escuela de Bellas Artes de Oaxaca y al taller de grabado de Arturo García Bustos. A los 17 años se inscribió al Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías en la Ciudad de México.
Fue Antonio Souza quien bautizó al artista como Francisco Toledo, al mismo tiempo que propició sus primeras exposiciones individuales en la Galería Antonio Souza y en el Forth Worth Center, en Texas.
En 1960 Toledo se estableció en París, donde conoció a diversos creadores e intelectuales de la época, como Octavio Paz y Rufino Tamayo, además de consolidar su formación artística. Colaboró en el taller de Stanley Hayter en ese entonces. Con poco más de 20 años, Toledo era ya un autor cuya obra llamó pronto la atención europea; prueba de ello son las diversas exposiciones de su
trabajo en la Kunstnernes Hus, en Oslo, Noruega (1962)(junto a Rodolfo Nieto), en la Galería Karl Flinker, en París (1963), y en la Galería Dieter Brusberg, en Hannover, Alemania (1964). A estas exposiciones siguieron otras en Inglaterra, Nueva York y Suiza.
A su regresó a México, Toledo pasó varias temporadas en su tierra natal, en la región del Istmo de Tehuantepec, que intentó conocer a profundidad a través del estudio de las costumbres, la lengua y el arte del lugar; estos viajes proporcionarán al autor un interés por diversas técnicas artesanales, mismas que incidirán en su trabajo posterior.
Sus preocupaciones sociales le llevaron a colaborar en la fundación de la Casa de la Cultura de Juchitán (1972). Por esas fechas empezó a reunir la obra que constituye la colección Toledo/INBA, una de las más completas en América Latina en cuanto a la importancia de los nombres y obras que
la conforman tanto en gráfica, pintura y fotografía.
A partir de la fundación de la Casa de la Cultura de Juchitán, Toledo se convertiría en un promotor de la cultura, fomentando el desarrollo y la fundación de diversos espacios, así como la creación de proyectos editoriales que difundirían no sólo la literatura universal sino el idioma zapoteco: Ediciones Toledo, Editorial Cálamus y la revista Guchachi' Reza (Iguana rajada).
En 1988 Francisco Toledo fundó en su propia casa el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), un espacio constituido por una biblioteca especializada en arte y una sala de exposiciones; su acervo de libros actualmente es de casi 60 mil volúmenes repartidos en dos sedes.
En 1992, a iniciativa del artista oaxaqueño, se fundó el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO). Un años después creó la asociación civil PRO—OAX, cuyo fin es la defensa del patrimonio cultural e histórico de la Ciudad de Oaxaca y que ha colaborado en la conformación de espacios como el Jardín Etnobotánico (1993) y la Biblioteca fray Francisco de Burgoa (1994), además de sumarse a causas como la defensa de las lenguas indígenas o la lucha contra los transgénicos.
Asimismo, a iniciativa del artista, se fundaron el Cineclub El Pochote (1992), el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (1996), la Fonoteca Eduardo Mata (1996), el Taller Arte Papel Oaxaca (1998) y el Centro de las Artes de San Agustín (2006).
Francisco Toledo ha tenido diversas exposiciones retrospectivas, por ejemplo, en el Museo de Arte Moderno, en la Ciudad de México (1980), en la White Chapel Gallery, en Londres y en el Museo Reina Sofía, en Madrid (2000), además de haber presentado su trabajo en la Tate Gallery de Londres y en Latin American Masters, en Los Ángeles, entre otros espacios internacionales.
Entre las exposiciones que destacan de los últimos años está, Duelo en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México (2015), Naa Pia’, (Yo mismo) en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca
(2017), Toledo Ve en el Museo de Culturas Populares (2019), en la Ciudad de México y Fire and Earth en la galería Latin American Masters (2019) en Los Ángeles, California.
Entre los reconocimientos obtenidos por Toledo en las últimas décadas están, el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1998) o el doctorado honoris causa por la UABJO (2007); el premio Príncipe Klaus (2000) o el premio Right Livelihood Honorario (2005), en Suecia, ''por su compromiso y su arte en favor de la protección, el desarrollo y la renovación de la herencia arquitectónica y cultural, el medio ambiente y la vida comunitaria de su Oaxaca nativa".
Por sus temas y preocupaciones, su obra es heredera de una muy amplia historia del arte mexicano y puede rastrearse a partir del periodo precolombino. Escribió André Pieyre de Mandiargues en torno a Toledo: “No conozco a ningún otro artista moderno tan imbuido de manera natural por una concepción sagrada del universo y por un sentido sacro de la vida, que se haya acercado al mito y a la magia con tanta seriedad y sencillez y que esté inspirado con tanta pureza por el ritual y la fábula”.