Oaxaca.-Expertos del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM y de la Universidad de Varsovia realizaron una revisión profunda del Códice Vaticano B, la cual llevó a elaborar una edición facsímil, misma que fue presentada durante la 42 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
El análisis del documento fue realizado por un equipo internacional de especialistas del IIH, la Universidad de Varsovia, el Centro de Ciencias de Polonia, la Biblioteca Vaticana, y el MOLAB, de la Universidad de Bologna, quienes estudiaron los materiales con los que fue elaborado, las gamas de colores, los tintes y el aspecto iconográfico.
“Lo que caracteriza la obra es su originalidad, no es un enfoque solo en la materialidad (los materiales) o los elementos estilísticos, sino que permite comprender el documento y la importancia para sus creadores y posteriores dueños”, agregó Élodie Dupey García, investigadora del IIH y coautora del texto.
La universitaria con estudios de la cultura náhuatl destacó que si bien hasta ahora no se sabe de dónde proviene el documento, se conoce que podría tener influencias de la región sureste de Puebla y noreste de Oaxaca, es decir, de la mixteca alta y posiblemente náhuatl.
Los cuatro primeros capítulos del comentario están dedicados a estudios materiales con los cuales se indagó sus fechas de creación, condiciones y productos con los que fue elaborado, precisó.
La tira facsímil se preparó a partir del material proporcionado por la Biblioteca Vaticana, quien también facilitó el uso de los elementos más cercanos al original para recrear la capa pictórica de los manuscritos prehispánicos que tiene una especial luminosidad, precisó Dupey García.
Además, encontraron que la obra presenta superposición de varias capas pictóricas, es decir, lo que se ve en la superficie no es, posiblemente, la capa original de pintura, pues “para las sociedades prehispánicas esos documentos eran tan importantes que, en vez de elaborar uno nuevo, se repintaba el existente, lo que habla de su importancia”, destacó.
Katarzyna Mikulska, coordinadora del “Nuevo Comentario al Códice Vaticano B (Vat.Lat. 3773) edición facsímil con y facsímil traslúcido explicativo”, precisó que históricamente el original ha sido comparado con el Códice Borgia; ambos textos adivinatorios están resguardados por la Biblioteca Apostólica Vaticana.
“El códice Borgia siempre ha sido considerado el grande, el mayor, el más bonito, el que merecía trabajo y hasta la fecha han aparecido muchas ediciones facsimilares. Nuestra investigación ha demostrado que el Vaticano B es el que tiene una verdadera historia y complejidad, desde el momento de su elaboración hasta hoy en día”, comentó la experta del Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos.
En tanto, Guilhem Olivier, también investigador del IIH y coautor, manifestó que el texto contiene además múltiples representaciones de animales que, en algunos casos, son difíciles de identificar, y en otros se trata de deidades rodeados de signos calendáricos que aparecen también en otros códices coloniales.
El especialista en mitos y ritos de Mesoamérica comentó que existe un debate sobre cómo interpretar los signos calendáricos alrededor de las figuras y la función para determinar el destino de los recién nacidos o si se refiere a usos médicos, como en el caso del mono y el techalotl, que podrían estar relacionados con Tezcatlipoca, por lo que hay varias propuestas sobre cómo desentrañar el uso de estos almanaques.
Otro uso que se revisa es la perspectiva agrícola, toda vez que el códice presenta diferentes tipos de cielo con elementos como mazorcas o serpientes; además, al dios Tláloc con distintos atavíos, por lo cual los autores hacen un análisis de las variantes encontradas en cada imagen y los significados que pudieran tener.
Los investigadores coincidieron en que lo importante es ver cómo a partir de un texto estudiado aún quedaba mucho por decir, y cómo la conjugación de expertos de múltiples disciplinas permitió revelar datos interesantes mostrados en el texto presentado en la FIL.