Oaxaca.-Un 5 de febrero, pero de 1984, a los 66 años, dejó de existir el legendario luchador hidalguense El Santo.
Este sabado se cumplen 38 años de la muerte de Rodolfo Guzmán Huerta, nacido en Tulancingo el 23 de septiembre de 1917. Antes de luchar, practicó beisbol y futbol americano, además aprendió Jiu-jitsu y lucha grecorromana.
En 1934, el enmascarado de plata comenzó su carrera en los encordados en el barrio de Tepito, en la Ciudad de México, donde adoptó nombres como Hombre Rojo, Enmascarado Murciélago II y Demonio Rojo. Jesús Lomelí, su entrenador, le recomendó a Huerta que peleara bajo el seudónimo de El Santo cuando debutó en la Arena México y formara parte del bando de los rudos, pero se cambió a los técnicos, pues su nuevo nombre así lo exigía. Sus movimientos en los encordados no fue lo único que lo inmortalizó, su fama despegó cuando José Guadalupe Cruz decidió inmortalizarlo en una tira cómica bajo el homónimo del luchador, y que se imprimía cada semana y. Llegó a ser tan popular que vendía cerca del millón de copias.
En el cuadrilátero, El Santo jamás perdió su máscara en combate; la quebradora, la de a caballo y la plancha eran sus llaves favoritas, pero en 1982 decidió poner fin a su carrera. Para su despedida tuvo tres grandes peleas: la primera en el Palacio de los Deportes, la segunda en la Arena México y la tercera, el 12 de septiembre en el Toreo de Cuatro Caminos, en una función donde estuvieron Gori Guerrero, el Huracán Ramírez y el Solitario frente al Texano, Signo, Negro Navarro y el Perro Aguayo.
El gladiador murió de un infarto al miocardio después de una actuación en el Teatro Blanquita; fue sepultado en Mausoleos del Ángel ante cerca de 10 mil personas.
Su féretro fue cargado, entre otros, por Black Shadow y Blue Demon