Juchitán, Oaxaca. Imaginarse que 16 mil 60 días han transcurrido desde la desaparición forzada de su padre, el líder comunitario Víctor Pineda Henestrosa, y que aún no hay justicia ni verdad es una calamidad acumulada, por la que nada ni nadie da respuesta, denuncia la escritora zapoteca Irma Pineda Santiago.
El líder social zapoteca y profesor de primaria, Víctor Pineda Henestrosa, “Víctor Yodo”, fue desaparecido el 11 de julio de 1978 en su natal Juchitán. Hace 44 años, soldados del ejército mexicano se lo llevaron cuando descendía de su Sedán rojo VW, sin dejar mayor rastro.
¿Dónde está Víctor Pineda Henestrosa?, ¿a dónde se lo llevaron?, ¿dónde lo dejaron?, ¿qué hicieron con él los soldados?, ¿quiénes fueron los responsables de su desaparición forzada?, cuestiona Irma Pineda.
“La familia todavía no tenemos acceso a la verdad ni a la justicia”, explica la poeta juchiteca, quien señala que las autoridades aún no responden sus interrogantes.
La también representante de los pueblos indígenas ante la ONU recalca que a cuatro décadas y casi un lustro, “ho hay responsables ni castigo a los ejecutores ni autores intelectuales”.
No saber dónde está su padre ha sido un dolor permanente en la vida de la familia de Irma Pineda Santiago, de su madre Cándida y de su hermano Héctor, quienes han tenido que navegar en estos 44 años en la total incertidumbre, porque no saben nada de Víctor Yodo.
Aunque siempre lo lleva presente, llegar al 11 de julio y no saber nada de su padre es una sensación de vacío que Irma afronta, porque hablar de 44 años no es nada fácil, porque siguen esperando noticias suyas desde el día que se fue.
“Seguimos caminando como muchas familias de este país, buscando a nuestro padre”, recalca la poeta, al señalar que antes tenían carpetas de investigación por todos lados refiriéndose a la fiscalía estatal, federal y hasta la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), pero que, hace un par de años, la Fiscalía General de la República (FGR) atrajo una sola carpeta para ser el interlocutor, y que aún está sin resultados.
Abrir los archivos e instalaciones de la Sedena, una esperanza
Aquel martes 11 de julio de 1978, Víctor dejó su hogar a muy temprana hora, abordó su automóvil sedán y se condujo a la salinera, la cual se localiza rumbo al municipio de Unión Hidalgo. Allí tenía una cita con Federico Rasgado, patrón de un campesino, quien demandaba apoyo porque estaba enfermo y no le querían pagar su sueldo. Desde ese día, ya no se supo nada más de Víctor.
Víctor Pineda Henestrosa fue uno de los fundadores de Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI) e impulsor de la lucha campesina en su comunidad y pueblos de la región istmeña. Tenía 35 años de edad y apenas seis años de casado con Cándida Santiago cuando se lo llevaron. Su esposa lo recuerda como “una persona alegre y dinámica, tocaba la armónica, flauta y guitarra”, y combinaba su profesión de maestro de primaria con el béisbol y la lucha campesina de los indígenas zapotecas contra los cacicazgos de la zona de Juchitán.
Su hija, Irma Pineda, recalca que con la creación de la Comisión de la Verdad se firmó un convenio con el ejército mexicano bajo la intención de abrir los archivos y las instalaciones, donde podría haber pistas y saber el paradero de su padre.
Recalcó que la Comisión de la Creación de la Verdad ha permitido reagruparse con varias familias que siguen buscando a sus desaparecidos por el estado, de tal forma que han logrado una vinculación para no declinar sus búsquedas.
“Nosotros exigimos justicia por nuestro padre, la Sedena respondió a la Fiscalía y nos informó sobre Gabriel Espinoza Peral, uno de los ejecutores de la desaparición forzada de Víctor Pineda Henestrosa, pero ya murió, según de un ‘impacto de bala, cumpliendo su deber’, entonces con su fallecimiento se van verdades”, destacó Pineda.
Sin el afán de vengarse ni tomar represalias, sino con la intención es el acceso a la verdad, la poeta dijo que es urgente conocer las declaraciones de militares del onceavo batallón de infantería de Ixtepec, para que revelen cualquier información sobre Víctor Pineda y se pueda saber qué ocurrió con su paradero.
“La única intención es tener acceso a la verdad, han pasado 44 años sin Víctor Yodo, sin mi padre. No sabemos nada, un paso que se dio es que se abrieran los archivos y las instalaciones de la Sedena para conocer los casos de torturas y detenciones arbitrarias, extrajudiciales, por eso lo entendemos porque quizá ellos tuvieron culpa”, enfatizó.
¡Ni perdón, ni olvido para Echeverría!, un represivo de la lucha social
Aunque la desaparición de su padre no ocurrió en el periodo de Luis Echeverría Álvarez, sino de José López Portillo, para Irma Pineda el ex mandatario no merece perdón ni olvido, pues fue un represor social.
La historia de México condena a Echeverría como uno de los responsables de la matanza del jueves del corpus o masacre del Corpus Christi, también llamado El Halconazo, ocurrido en 1971.
“Este señor fue un represor contra todo grupo disidente, con él comienza el periodo de la Guerra Sucia, y por eso no podemos perdonarlo, muchas familias como la nuestra seguimos esperando respuesta del Estado”, dijo.
Finalmente, la poeta juchiteca externó que a un represor no se le puede perdonar, y la mejor justicia para las familias que buscan a un ser querido desaparecido es saber dónde está y quién ordenó su desaparición forzada.
Con información de Diana Manzo/ desinformemonos