Por Salvador Hernández.
Oaxaca.-La llegada de Dani Alves a los pumas me agradò, en primer lugar, porque le voy al equipo universitario, y en segundo, porque en una entrevista en el Camp Nou de Barcelona, decía algo así como “es preferible caerse y levantarse, y no poderse levantar cuando nunca se ha caído”, aunque la frase ya está muy sobada, me pareció raro oír “filosofar” a un futbolista. Por lo menos no escuchar el sonsonete de “sólo nos faltó meter goles, pero fuimos mejores” o fulano de tal “Juega en un equipo de Europa, aunque no ha alineado”. “La altura de la ciudad de México, o/y el calor del estadio, a las doce del día, nos perjudicó…”
Lo importante, es que, sin querer, Alves vino a evidenciar las estupideces de muchos “comentaristas”; es impresionante como en una semana dicen una cosa y a la otra, dicen todo lo contrario. Lógicamente, siguen el libreto dictado por los dueños de las radiodifusoras o de los canales de YouTube. Donde la corrupción mediática y mercantilista salta a la vista.
Mis conocimientos sobre el balompié, son elementales, pero me gusta ver buen futbol, sea del equipo que sea, o como se llame el futbolista. Por otro lado, he constatado que en México y muchos países, el desprecio a los futbolistas veteranos, se ciñe a la compraventa de un objeto, que ha determinado tiempo es desechado. Cuando todavía están en la plenitud de su vida, y no son unos ancianos decrépitos. Para millones de niños y jóvenes que ven este deporte, es la imagen viva de lo que les espera, en un sistema capitalista. Y del que el futbol no ha escapado.
Incluso, si se retiran profesionalmente, pueden realizar otra actividad, concluir una carrera. (Estudiar periodismo deportivo no estaría mal). Lo que sí, están provocando estos improvisados narradores, es la mediocridad y el complejo de inferioridad que padece el futbol en México, y que al parecer se hereda por generaciones, por lo menos así lo demuestran los resultados en los mundiales en los que ha participado nuestro país, debido, principalmente, a la falta de apoyo de los miembros de la federación de futbol, más preocupados en hacer jugosos contratos con empresas de alimentos chatarra.
El meollo del asunto, es que nunca había visto tanto revuelo por “la llegada de un jugador del nivel de Dani”, y dos semanas después, del “veterano Alves”. Incluso, la hinchada puma se le ha ido encima. No se sí Ebrard o Sheinbaum hayan ido al estadio olímpico, pero también aprovecharon la publicidad mediática para tuitear a favor del brasileño.
Por más que los “sesudos analistas de futbol”, y las avalanchas mediáticas inventen “superclásicos” o “super selecciones nacionales”, nuestro futbol es de tercera, y un futbolista no lo va a poder cambiar, pero si puede demostrar que, para jugar a esa edad, se tiene que “tener huevos”, como dijera el propio Alves. Él sí, defendiendo al futbol mexicano, fuera y dentro de la cancha. A pesar de los vituperios inmerecidos.