La escritora Elena Poniatowska celebró con familiares, amigos, intelectuales, adultos y jóvenes lectores, compañeros de lucha social y literaria, su cumpleaños en el Palacio de Bellas Artes, donde fue recibida con ininterrumpidas ovaciones.
El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Cultura federal, en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de México, realizó el Homenaje Nacional a Elena Poniatowska, celebrando su amplia y reconocida trayectoria con una programación artística y cultural, en la cual participaron 45 niñas, niños y jóvenes de los Semilleros creativos, grupos de creación artística gratuita para la niñez y las juventudes, así como integrantes de la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECC).
Elena Poniatowska, escritora y periodista, célebre por sus crónicas sobre los sucesos más relevantes del país y su apoyo a diversos movimientos sociales, externó su agradecimiento por este homenaje: “Gracias, es una palabra muy bella y se las digo desde el fondo del corazón”.
Y dijo: “Verlos a ustedes, ver todas sus caras, su cariño, el cariño de los músicos y todos los que han participado. Le agradezco muchísimo a Alejandra (Frausto) que haya organizado esto, sobre todo a María Cortina, a quien le dije que me gustaría ver niños porque amo a los niños”.
Acompañada de las y los músicos de la OECC, que interpretaron las Mañanitas, partió el pastel conmemorativo de su 90 aniversario, en medio de la nutrida ovación del público.
En su oportunidad, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, comentó: “Elena, Elenísima, muchas personas te llaman también con cariño Elenita y me parece quizá que es por la devoradora capacidad de hacer preguntas como una niña, aún a tus 90, la niña pregunta sin filtros sin dobles agendas, pero con profunda sabiduría. Elena también sube las escaleras corriendo como una niña, los niños son imanes de amor como tu apellido y es por eso que has hecho que nos reunamos aquí hoy; aquí hay voces, talentos y miradas de artistas de todas las generaciones consolidados y en ciernes, que se han sumado para homenajearte.
“Gracias Elena querida, princesa que decidió caminar la tierra y ser periodista. Gracias por dejarnos celebrar tu vida, tus causas, tus luminosos trazos hechos letra que han pintado a todo México; nos has dado tanto Elena que hoy solo te toca dar y recibir. Feliz cumpleaños”.
Al hacer uso de la voz, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, afirmó que la escritora y periodista Elena Poniatowska es un símbolo que tomó partido por los estudiantes reprimidos por un régimen represivo en 1968 y 1971 y que además ha dado voz a las mujeres y a los movimientos sociales que han forjado la historia de México.
“Elena, es inevitable que hablemos de ti, aunque no lo quieras, hoy día de tu cumpleaños, porque te queremos demasiado, porque no te rindes; pero no solo eso, le has dado voz sin titubeos a muchos y muchas protagonistas de las luchas sociales que han forjado nuestra Patria y que nos han llevado al lugar en donde estamos y donde seguimos luchando con esperanza”, agregó.
En su oportunidad, el presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil Rodríguez, quien acudió en representación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al igual que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, afirmó: “Elena, como la de Troya, es nuestra antorcha: nos ilumina, nos alumbra, nos deslumbra con la lucidez de su sencillez, con la perseverancia de la congruencia y la valentía que no se disfraza, ni utiliza poses. Elena, nuestra Elenísima puede decir las cosas más duras y certeras con la sonrisa de la niña eterna que te caracteriza".
En este homenaje, que contó con transmisión en vivo por Canal 22 y Capital 21, así como en redes sociales de las instituciones convocantes, se contó con la colaboración de la Fundación Elena Poniatowska Amor y la Casa Refugio Citlaltépetl, Marta Lamas y María Teresa Priego, quienes participaron en este encuentro coincidieron en que Elena, en su literatura explora la vida de las mujeres, valientes, conocidas y anónimas, siempre descritas desde un feminismo sensible y crítico. De igual forma, hicieron referencia a su amor a México y, destacaron, que es la escritora mexicana más leída.
De forma previa, Poniatowska Amor inauguró la exposición Elena y sus causas, la cual se conforma por 22 obras realizadas por el Semillero creativo de Pintura en Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, y aborda dos facetas de la vida y obra de la escritora: Elena soñadora y Elena luchadora. En la primera, se refleja su fascinación por el cielo a partir de los textos La vendedora de nubes y El niño estrellero. Mientras que en la segunda se plasman las diversas aproximaciones por las causas sociales en obras como Hasta no verte Jesús mío, La noche de Tlatelolco y El tren pasa primero.
Obras literarias escritas por Elena Poniatowska como La noche de Tlatelolco, Fuerte es el silencio, El tren pasa primero y El recado fueron la inspiración para los actos escénicos “Luces verdes, rosas rojas”, “Rosario a través de Elena” y “Sin temor a la muerte, nosotras defendemos”, interpretados durante este homenaje por los Semilleros creativos de Artes escénicas en Ecatepec, Estado de México; Monclova, Coahuila, y Tenancingo, Tlaxcala, respectivamente.
A su vez, la Orquesta Escuela Carlos Chávez interpretó títulos como Querido Diego, te abraza Quiela, El tren pasa primero, y La noche de Tlatelolco, así como obras que compositores le han dedicado, como Valse para piano solo, de Francis Poulenc, o Es Elena Poniatowska, de Liliana Felipe, quien estuvo en el escenario acompañada de Jesusa Rodríguez; la audiencia también disfrutó de la interpretación de Conga del fuego nuevo, de Arturo Márquez.
En el homenaje, la actriz Laura Padilla, de la Compañía Nacional de Teatro realizó lecturas dramatizadas basadas en El amante polaco, una de las obras más recientes de la escritora. Además, se realizó la proyección de cuatro videos que, a la par de los actos escénicos, dieron cuenta de las causas de Elena Poniatowska, elaborados por Antonio Lazcano, Blanche Petrich, Ignacia Rodríguez y Paula Mónaco.
Conocida como “La Princesa Roja”, por haber heredado el título de princesa de Polonia y por sus ideas políticas de izquierda, Elena Poniatowska, autora de una prolífica obra que abarca narrativa, crónica, ensayo, poesía y teatro, ha recibido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, y es una de las escritoras más entrañables entre el público por su cercanía con algunos de los sucesos que han dejado huella en la historia de México, como el movimiento estudiantil del 2 de octubre de 1968 y los sismos de 1985, que plasmó en los textos La noche de Tlatelolco y Nada, nadie: las voces del temblor.
Nacida en París, Francia, el 19 de mayo de 1932, llegó a México a los 10 años, a bordo del barco El Marqués de Comillas, en el que viajó en compañía de su madre Paula Amor Yturbe y su hermana Kitzia, junto con numerosos republicanos españoles que huían de la dictadura de Franco y otros refugiados que escapaban de la Segunda Guerra Mundial.
Interesada en el periodismo, ingresó a Excélsior en 1953, donde escribía crónicas de sociales que firmaba como Helène. Su preocupación por los problemas sociales y la situación de la mujer la motivaron a desarrollar un periodismo distinto y a escribir biografías de personas identificadas con el pueblo, como la lavandera Josefina Bórquez, al igual que de figuras como Frida Kahlo, María Izquierdo, Guadalupe “Pita” Amor, Elena Garro y Tina Modotti, entre otras.
Entre sus publicaciones, se encuentran Querido Diego, te abraza Quiela, novela epistolar entre Rivera y Angelina Beloff (1985); Luz y luna, las lunitas (1994); La piel del cielo (Premio Alfaguara de Novela 2001); El tren pasa primero (2006. Premio Rómulo Gallegos 2007), Amanecer en el Zócalo. Los 50 días que confrontaron a México (2007), Octavio Paz, las palabras del árbol (2015), Encierro que arde: Álvaro Mutis desde Lecumberri (2018) y las biografías Tinísima (Premio Mazatlán de Literatura 1992) y Leonora (2011), sobre la pintora Leonora Carrington, por mencionar algunas.
En 2010 recibió la presea Rosario Castellanos; en 2002, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura; en 2013, el Premio Cervantes y en 2014 la Medalla Bellas Artes.